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lunes, 23 de julio de 2012
Ty Cobb,anti-héroe del béisbol (parte II)
Nap Lajoie junto a Cobb |
La
controversia Chalmers.
En
aquella temporada, la superestrella del equipo de Cleveland, Nap Lajoie (era
tan estrella, que el nombre del equipo era los “Naps” en su honor, antes de convertirse en los Indios) se
enfrascó con Ty Cobb en el campeonato de bateo.
En aquella época, el campeón de bateo se llevaba el Premio Chalmers, que consistía en un automóvil último modelo.
En aquella época, el campeón de bateo se llevaba el Premio Chalmers, que consistía en un automóvil último modelo.
En
el último día de la temporada, Ty Cobb aventajaba a Lajoie por un pequeño margen
y como era un jugador muy inteligente, decidió tomarse el día libre para que
ello no afectara su promedio, contando con que Lajoie no lo alcanzaría.
El
último día de la temporada para los Naps, era una doble jornada contra los
Saint Louis Browns (Carmelitas de San Luis, hoy día Orioles de Baltimore) y en
aquella jornada Nap se fue de 8-8, ganando así el campeonato de bateo. Sin
embargo de estos 8 hits que el conectó, seis fueron toques por el lado de
tercera y un séptimo hit fue un batazo que en circunstancias normales habría
sido declarado error. La sospechosa manera de como Lajoie consiguió sus hits,
llevaron al entonces presidente de la Liga Americana, Ban Johnson a iniciar una
investigación.
La
investigación se hizo y se descubrió que el entonces mánager de los Browns,
Jack O’Connor, ordenó a su tercera base novato, Red Corridon, a jugar profundo,
cerca del jardín izquierdo, cuando Lajoie tomara turno al bate. Lajoie, quien
era un fino bateador, notaba lo profundo en que jugaba el tercera base y aprovechaba
siempre para tocar por esos lados.
El
fraude se descubrió y ambos, O’ Connor y Corridon, fueron expulsados de por
vida del béisbol y Ty Cobb fue declarado
oficialmente como Campeón Bate y ganador del Premio Chalmers. Sin embargo
tiempo después se descubrió que uno de los juegos de Cobb fue contado ese año
doble, es decir, su promedio de bateo era menor al de Lajoie. Así pues, aun no
se sabe todavía quien es el verdadero campeón bate de esa temporada, porque
mientras los expertos del béisbol reconocen que Lajoie es ciertamente el
campeón bate, quitándole así un campeonato de bateo a Ty Cobb, dejándolo con
once y no doce, y por este detalle, su seguidilla de nueve campeonatos de bateo
se ve cortada a solo cinco. Pero Major League Baseball reconoce solo a Ty Cobb
como campeón bate.
La
marca de automóviles Chalmers, decidió premiar a ambos con un automóvil en
premio a la emoción brindada en la carrera por el título de bateo.
Los
compañeros de Ty Cobb, en lugar de protestar el fraude, enviaron cartas de
felicitaciones a Lajoie, incluso Sam Crawford. Una muestra más de que Ty Cobb
era el hombre más odiado del béisbol.
Mas controversias
por su temperamento, mas dominio en el béisbol por su genio.
Shoeless Joe junto a Cobb |
En
esa temporada también presenció uno de los episodios que mejor dibujó la
genialidad como competidor psicológico. Para entonces Cobb tenía una racha de
40 juegos consecutivos dando de hits, sin embargo no podía alcanzar a Joe
Jackson, quien seguía aventajándolo por nueve puntos. Cobb dejó en su biografía
constancia de como superó a Jackson. Al final de la temporada, Detroit y
Cleveland, equipo de Jackson (quien casualmente era compañero de equipo de Nap
Lajoie, rival de Cobb en la temporada pasada), tenían una serie de juegos.
Jackson era uno de los pocos amigos de Cobb, de hecho eran compañeros sureños y
se llevaban muy bien dentro y fuera del terreno, Cobb dijo haber utilizado esto
a su favor. Durante la serie ignoró los saludos de Jackson y cuando éste hacía
el intento de hablar con él, este se alejaba y cuando finalmente Jackson pudo
encararlo para preguntarle que le pasaba, Ty Cobb lo golpeó para que lo dejara
en paz. La extraña actitud de Cobb extrañó a Jackson quien salió de foque y
bajó su promedio, así como quería Cobb. Una vez terminada la serie, Cobb se
acercó a Jackson y lo abrazó para desearle lo mejor. El promedio de Jackson
terminó bajando hasta 408, mientras que Cobb subió a 420.
Uno
de los juegos que mejor ilustra la genialidad de Cobb en el terreno del béisbol
ocurrió en la tarde del 22 de mayo de 1911, jugando contra los HIghlanders, hoy
Yankees: anotó una carrera con sencillo al jardín derecho…. ¡corriendo desde
primera!, luego anotó desde segunda con un wild pitch y luego en el séptimo
inning, dio un hit de dos carreras que empató el juego. Ancló en segunda, y entonces
el cátcher de los Highlanders comenzó una discusión airada con el Umpire acerca
de una jugada y todos los jugadores se acercaron a ver mejor la discusión, Ty
Cobb se dio cuenta que ninguno de los jugadores de Nueva York pidió tiempo y acercó hasta la tercera y
luego caminó como si nada hacia al home para tener una mejor perspectiva de la
discusión y luego, cuando nadie lo esperaba, se barrió en el home, lo que marcó
la carrera ganadora.
Cobb protagoniza
un episodio muy triste
Ty
Cobb, el hombre, era una persona muy temperamental, era un solitario amargado
que solo pensaba en ganar, odiaba a los aduladores y a todos aquellos que no
pensaran como el o que intervinieran en su camino. Era parte de su naturaleza y
de su estilo de juego, y era aceptado en aquellos tiempos. Pero
lamentablemente, Cobb no veía límites a lo que le estaba permitido; hoy día es
inaceptable, inconcebible bajo ningún concepto, que algún jugador realice actos
violentos contra algún aficionado, pero lamentablemente Ty Cobb protagonizó uno
de los episodios más tristes del béisbol: el 15 de mayo de 1912, en juego
contra los Highlanders, en Hilltop Park, Nueva York, un aficionado de nombre
Claude Lueker comenzó a gritarle improperios a Cobb, así como muchos
aficionados solían hacer, ya que el odio que inspiraba Cobb era hirviente en
todos los escenarios en los que se presentaba. En años anteriores el mismo
Lueker, cada vez que el equipo de Detroit jugaba en Nueva York, no
desperdiciaba una oportunidad para agredir
verbalmente a Cobb. Durante las primeras tres entradas de ese juego Cobb
había soportado todas las cosas que Lueker le había gritado, hasta que éste le
gritó “Half Nigger” (Medio-negro, de
forma despectiva), Cobb simplemente se quitó la gorra tranquilamente, la dejó en
el Dougout y saltó hacia las gradas, tomó a Lueker por la solapa y le dio una
tunda en la que varias personas tuvieron que intervenir para poder quitárselo.
Lo más lamentable del accidente es que Lueker era un hombre discapacitado, que
había perdido una mano y parte de la otra en un accidente laboral, y las
personas le gritaban a Cobb que el hombre no tenía manos, que lo dejara en paz,
pero Cobb simplemente respondió: “No me importa si no tiene pies”. En
declaraciones posteriores Cobb declaró que el hombre: “se metió con el color y
la moralidad de mi madre”, también alegó que el advirtió al manager de Nueva
York, Harry Wolverton, acerca de lo que estaba pasando para que hiciera algo,
pero éste no hizo nada. También se supo luego que los compañeros de Cobb, Sam
Crawford y Jim Delanthy, lo retaron para que hiciera algo acerca de lo que
estaba pasando. Lo cierto es que después de lo ocurrido, el presidente de la
Liga Americana, Ban Johnson suspendió a Ty Cobb por cinco juegos por lo
sucedido.
Los
compañeros de Cobb, aunque lo odiaban, se solidarizaron con él y se fueron a la
primera huelga de peloteros en la historia el 18 de mayo de ese año, en
Filadelfia. El manager de los Tigres no quería perder por forfeit y lo que hizo
fue recoger de la ciudad a todo aquel
que quisiera jugar, y los puso a jugar en lugar de sus jugadores regulares.
Hugh Jennings, el manager de Detroit lo hizo para evitar la derrota, pero igual
perdió: puso a lanzar a un seminarista, luego sacerdote, Aloysius Travers,
quien lanzó el juego completo, permitió 26 hits y los Tigres perdieron 24-2. El
coach de cuarenta y ocho años, Deacon McGuire, fue el receptor y bateó un hit y
anotó una carrera. En la tercera base, jugo un joven de treinta años llamado Ed
Irvin, conectó dos triples en tres turnos, dejando promedio de sluggin de 2000.
El mismo manager Jennings salió como emergente en el noveno y se fue ponchado.
Al
día siguiente los jugadores acabaron con la huelga, por petición del mismo
Cobb, y este cumplió con su suspensión. Este incidente sirvió de base para la
formación de la “Fraternidad de Peloteros Profesionales” precursora de la
moderna “Asociación de Peloteros
Profesionales”, la cual logró muchos beneficios para los peloteros en aquel
entonces.
Últimos años de
la supremacía Cobb
En
1917 tuvo una seguidilla de 35 juegos consecutivos dando de hit, convirtiéndose
así en el único pelotero con dos seguidillas de al menos 35 juegos consecutivos
dando de hit, la primera vez fue en 1911 cuando tuvo 40 juegos seguidos dando
de hit. Cobb también acumuló seis seguidillas de al menos veinte juegos dando
de hit, superado solo por las siete que acumuló Pete Rose.
Cobb con Christy Mathewson en sus uniformes de guerra |
En
1918 Cobb se enlistó en el Cuerpo de Químicos del ejército de los Estados
Unidos y fue enviado al Cuartel de Expedicionarios de la Fuerzas Aliadas en
Francia, durante la Primera Guerra Mundial, y sirvió en la guerra por 67 días
hasta que fue dado de baja. En la Guerra Cobb tuvo el grado de mayor y sirvió
bajo las órdenes de Brach Rickey, entonces presidente de los Cardenales de San
Luis. Cobb junto a otros peloteros, como el pitcher estrella de los Gigantes de
Nueva York, Christy Mathweson, quien recibió el grado de capitán y George
Sisler, lugarteniente, fueron asignados a la Division de Gas y Llamas, donde
entrenaban soldados en la preparación de ataques químicos, al exponerlos a
cámaras de gas en un ambiente controlado. Casual y lamentablemente, Mathewson
sufrió en la Guerra un accidente que le causó tuberculosis, obligándole a
retirarse del béisbol como uno de los más grandes lanzadores de todos los
tiempos.
Cuando regresó de la guerra ya Cobb había comenzado a ser desplazado por Babe Ruth. Sin embargo, el 21 de agosto de 1921, en el segundo juego de una doble cartelera contra los Medias Rojas, y contra el pitcher Elmer Myers, Cobb bateó su hit tres mil, siendo el cuarto miembro de tan selecto grupo (Anson, Wagner y Lajoie, los tres anteriores), en ese entonces tenía solo 34 años y es hasta ahora el hombre más joven en alcanzar los tres mil hits, también el que en menos turnos al bate lo ha logrado (8093) y en menos juegos jugados: 2135.
Fin de la “Era
Cobb” e Inicio de la “Era Ruth”
Cobb y Ruth |
Durante
quince años, Ty Cobb fue la máxima estrella del béisbol. Superó a su compañero
de equipo, Sam Crawford, también eclipsó a otros finos bateadores de la época,
como Nap Lajoie y Honus Wagner, y también estuvo por encima de Joe Shoelles
Jackson. Lo que hacía a Cobb estar por encima de los demás, no eran solamente
sus números, que de por sí bastaban para darle el lugar privilegiado, sino
también por su personalidad complicada, su temperamento, su carácter solitario
y su comportamiento excéntrico, además de sus habilidades innatas, su contacto,
su presencia en la caja de bateo, la manera en como intimidaba psicológicamente
a sus rivales, la manera en como corría y se barría en las bases. Todo ello lo
convirtieron en el jugador más temido del béisbol. Solo una figura con su mismo
talento podía igualarlo y entonces apareció Babe Ruth, un pelotero que se robó
los corazones de todos por su carisma y personalidad y además estableció un
estilo de juego que sigue vigente hasta el día de hoy: el de volarse la barda, que
paulatinamente sustituyó el estilo Cobb, consistente en batear para contacto,
robar bases y demás elementos del llamado béisbol pequeño. Pero la razón
principal que determinó la supremacía Ruth fue que Ruth era amado, una simple
palabra que representa un mundo entero.
En
1919, en su último año con los Medias Rojos, Ruth estableció un nuevo récord de
jonrones para una temporada, cuando bateó 29 jonrones. Al año siguiente, con la
expulsión
vitalicia de Joe Jackson, el panorama solo mostraba un rival para Cobb, y ese
era precisamente Ruth. Cuando los Tigres y los Yankees (1920 fue el primer año
de Ruth con Nueva York) se enfrentaron por primera vez ese año, los periodista
lo llamaron “El Encuentro entre dos diferentes estilos de juego”. En realidad
era un enfrentamiento sucesional: Cobb iba en picada, mientras que Ruth iba en
ascenso. Durante la serie el bambino bateó dos jonrones y un triple, mientras
que Cobb solo bateó un sencillo. A partir de entonces, Cobb desarrollaría un
odio hirviente hacia Ruth, quien no lo quería menos tampoco. Ese año el Bambino
fue la atracción, bateó 54 jonrones.
Cobb y Ruth |
Ya
no eran los días de Cobb como el rey del béisbol.
La
irrupción del Bambino no solo marcó el final del predominio de Cobb, sino un
cambio en el estilo de cómo se jugaba el béisbol. Pronto ascendió a la cima de
la popularidad y la admiración, y a medida que Ruth se consolidaba, la aversión
de Cobb hacia él aumentaba.
Ruth
no solo era una amenaza para su estilo de juego, sino también para su estilo de
vida. Mientras Cobb practicaba el ascetismo y autonegación, Ruth se atiborraba
de perros calientes, cervezas y mujeres. Mientras Ruth se sentía mejor en medio
de la multitud y el ruido, Cobb se cobijaba en la soledad, la amargura y el
silencio. También le disgustaba a Cobb, que a pesar de la indiferencia por su
estado físico y el béisbol tradicional, Ruth todavía llenaba estadios, rompía
récords y era amado, además de que por sí solo ganaba todo. Mientras Ruth ganó siete
Series Mundiales, cuatro con los Yanquis y tres con los Medias Rojas, Cobb no
ganó ninguna, quizás porque no insipiraba a sus compañeros de equipo.
En Defensa del
Orgullo Perdido
En
una tarde de 1924, en un juego e Detroit contra los Yankees, a la altura del
noveno con los Tigres arriba 3-1, el lanzador de los Tigres golpeó a uno de los
bateadores de los Yankees, comenzando una pelea que vació los dogouts, y Cobb y
Ruth se buscaron mutuamente, en lo que marcó la pelea estelar de la tarde. El
juego finalmente lo ganaron los Yankees por forfeit, ya que los aficionados se
lanzaron al terreno. Pero eso fue un ejemplo de lo mal que se llevaban, de lo
mucho que se odiaban Ruth y Cobb.
A
Cobb no le quedó más que resignarse a que Ruth ya era más popular. Sin embargo,
conservaba una herida en su corazón. La característica distintiva de ambos es
que Ruth bateaba jonrones, y era espectacular, llenaba estadios, asombraba a la
gente, mientras Cobb nunca fue considerado un bateador de poder. Pero el
Durazno de Georgia tenía que saldar esa deuda con su orgullo herido.
El
5 de mayo de 1925, sentado con un periodista deportivo en el dogout, le dijo
que esa tarde, por primera vez en su carrera, iba a batear para jonrones. Ese día
de doble juego bateó de 6-6: dos sencillos, un dobles y tres jonrones y alcanzó
un total de dieciséis bases, un récord en la Liga Americana para un juego,
marca que fue finalmente quebrada el pasado 8 de mayo cuando en la histórica
jornada en la que Josh Hamilton bateó 4 jonrones mas un doble, para alcanzar
así 18 bases. Ahí no se detuvo la explosión de poder de Cobb, quien al día
siguiente bateó de 3-3 con dos jonrones y un sencillo. Igualó un récord de
cinco jonrones en dos días, que había sido establecido por Adrian Cap Anson, en
1884, jugando para Chicago y cosa que Ruth ni siquiera amenazó alcanzar. Luego
de esa serie regresó a su estilo natural de juego, de conectar sencillos, dar
toques, robar bases. Etc.
Lo
que Cobb quiso demostrar es que el talento de batear jonrones no significaba
necesariamente superioridad por parte de Ruth, que el también podía batear
jonrones cada vez que el quisiera, pero que simplemente había preferido jugar
el béisbol pequeño. Cuando los periodistas notaron lo que Cobb había hecho,
preguntaron a Ruth si el también intentaría lo mismo pero a lo inverso y batear
para contacto y promedio, pero Ruth respondió: “Pude haber tenido average de
600, pero habría sido a base de batear sencillos y la gente paga para ver
cuadrangulares”
Sin
embargo, en 1930, cuando el escritor deportivo Gartland Rice le preguntó a Ty
Cobb, quien era para él el mejor bateador que había visto, la respuesta no fue
él mismo ni Joe Jackson ni Nap Lajoie, Cobb contestó que el mejor bateador que
había visto era Babe Ruth, sus palabras exactas fueron: “No puedes vencer al
Babe. Ruth es uno de los pocos que tienen un espantoso swing y aun pueden
golpear la bola. Su timing es perfecto. Nadie ha combinado el poder y el ojo de
Ruth”, y del otro lado Ruth dijo de Cobb: “Ty Cobb es un payaso. Pero de seguro
que sabe batear. Dios mio, si que sabe batear”.
Odio
aparte, cada cual reconocía el talento del otro.
Cobb. Últimos
años.
Lo
más cerca que quedó Cobb de ganar la Liga Americana como mánager, fue en 1924,
cuando quedaron terceros a seis juegos de los campeones y a la postre ganadores
de la Serie Mundial, los Senadores de Washington. Cobb culpó de su fracaso al
dueño de los Tigres, por no invertir lo suficiente para traer al equipo
jugadores que Cobb ansiaba dirigir.
En
1922, Cobb logró cuatro juegos de cinco hits en una misma temporada, empatando
el récord de Wee Willie Keeler. Esa marca fue igualada luego por Stan Musial, Tony
Gywnn e Ichiro Suzuki.
En
1925 Cobb se encontraba de nuevo en la carrera por el campeonato de bateo. Su
rival era su compañero de equipo y dirigido Harry Heilman. En el dobe juego de
final de temporada contra los Carmelitas de San Luis, Heilman bateó seis hits,
liderando la barrida de los Tigres y venciendo a Cobb por el campeonato de
bateo ya que terminó con 393 sobre los 389 de Cobb. En el último juego ambos
mánager lanzaron una entrada. Cobb sacó los últimos tres outs.
¿Cobb se vendió
en los juegos?
En
1926 los Tigres terminaron en el sexto lugar a pesar de tener récord positivo
de 79-75. Por eso cayo como sorpresa el anuncio que hiciera en noviembre de ese
Cobb de que se retiraba definitivamente del béisbol. Poco después el igualmente
manager-jugador de los Indios de Cleveland (equipo que terminó segundo lugar
ese año) y superestrella Tris Speaker (líder vitalicio en dobles y excompañero
de Cobb) anunció también su retiro.
Ty Cobb y Tris Speaker |
El
comisionado Landis decidió investigar y realizó una audiencia privada con los
implicados, quienes negaron todas las acusaciones. Una segunda audiencia en
secreto, esta vez junto a los directivos de la Liga Americana, llevaron a la
decisión del retiro de Cobb y Speaker. El escándalo que todo ello desataría,
llevó al comisionado Landis a realizar más audiencias con Cobb y Speaker, el
acusador, Leonard, fue invitado a las audiencias, pero se negó a ir a todas
ellas.
Cobb
y Wood admitieron haber escrito esas cartas, pero aseguraron que la “apuesta” a
la que las cartas hacían alusión, en realidad se trataban de apuestas en las
carreras de caballos y que la acusación de Leonard no se trataba más que una
retaliación hacia su mánager Cobb, ya que este lo había bajado a las menores.
Tras
la negativa de Leonard de asistir a las audiencias, el Juez Landis, declaró que
las acusaciones hcia Cobb y Speaker eran falsas, que quedaban inocentes y que
podían volver a sus respectivos equipos.
La
mayor prueba de la presunta inocencia de los involucrados puede conseguirse en
las estadísticas del juego que supuestamente estaba arreglado. En la “apuesta”
Cobb debía ser el beneficiado, pero este solo bateó de 5-1, con dos bases
robadas y dos anotadas. Mientras que Speaker, quien se suponía debía no hacer
nada para que se equipo perdiera, se fue de 5-3 y dos triples, mientras que el
otro involucrado, Wood, quien también debía hacer todo lo posible para que su
equipo perdiera, ni siquiera jugó.
A
principios de 1927, una vez que fueron declarados inocentes, Cobb preparaba
todo para una demanda legal contra las Grandes Ligas, por difamación y daños
morales, pero la retiró cuando alguien que el admiraba le hizo cambiar de
parecer.
Cobb se une a los
Elefantes Blancos.
Ty Cobb con Connie Mack, cuando Cobb se unió a los Atléticos. |
Cuando
Cobb y Speaker fueron declarados inocentes, ambos recibieron la autorización de
regresar a sus respectivos equipos, pero ni Detroit ni Cleveland quisieron
involucrarse con ninguno de los dos jugadores, oportunidad que aprovechó Mack
para hacerle una oferta a cada uno de ellos. Cobb aceptó jugar para los
Atléticos, mientras que Speaker firmó con los Senadores de Washington, aunque
al año siguiente, 1928, se uniría también a los Elefantes Blancos de Filadelfia.
Cobb
afirmó que regresó al béisbol en busca de su reivindicación y para retirarse
del béisbol por la puerta grande.
Cobb
llegó para convertirse en la bujía de un joven y talentoso equipo de
Filadelfia, el cual quedó esa temporada a diez juegos de los Campeones y mejor
equipo de todos los tiempos, los Yankees del 27. El regreso de Cobb a Detroit
tuvo lugar el 11 de mayo, y ante la gran ovación del público de Detroit, dio un
doble en su primer turno al bate.
indiscutibles.
Cobb junto a Walter Johnson |
El
año 1927 constituyó el último año en la carrera del Big tren de los Senadores
de Washington, el gran Walter Johnson. Cobb y Johnson tienen el récord de ser
el pitcher y bateador que más se han enfrentado en la historia del béisbol. De
hecho, el primer hit que Johnson le permitió a bateador alguno, fue contra
Cobb. En agosto de 1915, cuando Johnson golpeó a uno de los compañeros de Cobb,
quebrándole un brazo, Cobb se dio cuenta de que Johnson no tenía miedo de
golpear a los bateadores y tomó esto para su ventaja, parándose más cerca del
home. Cobb no demostraba miedo ante Jonhson, lo retaba con su mirada, dejándole
entrever que no tenía miedo de su poderosa recta, y en 67 veces que se
enfrentaron, Cobb le bateó para 335, el mejor promedio de bateador alguno
contra sus lanzamientos.
El
año 1928 significó el retiro de otra gran estrella: Ty Cobb. Jugaba cada vez
menos, por su edad y porque sus habilidades habían diezmado en detrimento de
unos Atléticos llenos de jugadores jóvenes y ágiles, tomó pocos turnos ese año.
El tres de septiembre de ese año, en el noveno inning salió como bateador
emergente y dio un doble, el cual fue el último hit de su carrera, el 4189. El
11 de septiembre, también como emergente y contra los Yankees, tomó el último
turno en su carrera y dio un roletazo al shorstop.
Cobb
se retiró y el único premio al cual podía aspirar y que nunca obtuvo fue el de
Campeón de Serie Mundial. En el año 1929, el siguiente a su retiro, los
Atléticos ganaron la Serie Mundial. Parece que el destino le tenía negado ese
privilegio.
Después del
béisbol
vemos
como peloteros como Sandoval, Abreu y Félix Hernández son imágenes de la
Pepsi-Cola y Cabrera, Vizquel y Sojo, en su momento fueron imagen de la Polar,
Cobb se convirtió durante años en imagen de la Coca-Cola, lo cual aumentó
considerablemente sus ingresos. También fue el jugador más pagado en su momento
y también invirtió en otra cantidad de negocios, lo cual lo hizo un hombre
millonario y como tal vivió después de su retiro, dedicándose a actividades
como el golf y la pesca.
Los primeros cinco inmortales del Salón de la Fama: arriba de izquierda a derecha: Christy Mathewson, Babe Ruth y Honus Wagner. Abajo: Walter Johnson y Ty Cobb |
Durante
la década de los treinta Cobb pasó mucho tiempo bebiendo y fumando en exceso,
quejándose de la debacle del béisbol desde la llegada de Ruth.
En
1936 Cobb logró el último de sus grandes logros. Ese año comenzaron las
votaciones al Salón de la Fama, y Cobb recibió 222 de 226 votos, aventajando
por mucho a Babe Ruth, Honus Wagner, Christy Mathewson y Walter Johnson,
convirtiendo a Cobb en el primer hombre en ser exaltado al Salón de la Fama.
A
pesar de que criticaba profundamente la forma de jugar el béisbol en los días
posteriores a su retiro, quejándose de que los jugadores ya habían olvidado los
fundamentos básicos y el béisbol pequeño, en detrimento del jonrón y el poder,
el hablaba muy bien de jugadores como Stan Musial, Phil Rizzuto y Jackie
Robinson. También jugó un papel importante en la contratación de Joe DiMaggio y
de Ted Williams, y de hecho eran muy buenos amigos, hasta el día en que Ted
Williams dijo que el mejor bateador de la historia no era Ty Cobb sino Roger
Hornsby.
En la izquierda: Cobb con Ted Williams y en la izquierda aparece con Joe DiMaggio |
En
las postrimerías de su vida Cobb contrata al escritor Al Stump, para que
escribiese su biografía, y en la misma Cobb resume lo que fue su vida y la
razón de su ferocidad:
“Tuve que luchar
toda mi vida para sobrevivir. Todos ellos estaban en mi contra, intentaron
cualquier truco sucio para cortarme. Pero vencí a esos bastardos y los dejé en
el foso”
Hasta la próxima
Por Alex Ulacio
Disfruten este video, donde se muestra a Cobb en acción real
Ty Cobb, Hall of Fame Biographies:
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Grandes del Béisbol
Venezolano, beisbolista frustrado y aspirante a escritor. Me gradué de Soñador Profesional en la Universidad de los Inútiles, actualmente realizo mi maestría en Persecusión de Ideales. Amante de los libros y el rock. Cuando no ando escribiendo, estoy pensando en lo que escribiré.
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