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viernes, 15 de febrero de 2013
Félix Hernández y el patriotismo
Patriotismo es tu convencimiento de que este
país es superior a todos los demás porque tú naciste en él.
GB Shaw
La noticia
de la ausencia de Félix Hernández ha causado malestar en la población
venezolana que esperaba que nuestra selección de béisbol consiguiera el título
en el Clásico Mundial de Béisbol. Muchos han llamado a Félix traidor a la patria,
lo han condenado, lo han vetado de Venezuela y sentenciado a muerte el Clásico
Mundial de Béisbol, por la ausencia de un solo pelotero.
Me he
dado una pasadita por las páginas web de los diarios nacionales y por el
twitter he buscado twitts con las palabras “Félix” y “Hernández” en ellos, y en
realidad es decepcionante lo que mucha gente ha escrito sobre el “Rey”
Como
a muchos de ustedes me decepciona su ausencia, de verdad que sí, era nuestro
as, nuestro número 1, nuestro Cy Young, era evidentemente nuestro líder. Ahora no
lo tendremos en nuestras filas y hay un vacío enorme en nuestro roster. Pero siendo
sinceros, ¿Félix Hernández en realidad iba a ser un factor determinante? Creo que
difícilmente lo habría sido.
En su
condición de abridor, Félix solo iba a tener un juego en cada ronda del Clásico,
además todos los lanzadores tiene un límite de pitcheos por salida y Félix
habría enfrentado a Dominicana en su primera salida, sabiendo las habilidades
en el bate de esta selección, dudamos que Félix hubiese logrado administrarse y
lanzar siete innings al menos.
Pero
nadie se pone a analizar bien las situaciones de juego. Con el anuncio de la ausencia
de Félix lo primero que mucha gente hizo fue decir cosas como que Félix ama más
el dinero que la patria. Claro, eso lo dicen personas a las que nadie les está
ofreciendo 175 millones de dólares.
 |
| Personas talentosas como Félix nos demuestra que los venezolanos y latinos podemos hacer mas de lo que hacemos, nuestra mentalidad nos priva de crecer |
Va a
doler lo que voy a decir, porque al igual que ustedes soy venezolano y amo mi
país, sus paisajes, su gente (algunos son adorables, otros simplemente despreciables), nuestra idiosincrasia y forma de ver la vida,
aunque hay cosas de la psicología del venezolano que no comparto, aunque a
veces las he sentido pues nací en la patria de Bolívar, viene conmigo, en mis
genes. Entiendo que muchos se sientan
decepcionados de Félix, no criticaré eso, lo que sí criticare es la actitud de
sentir que ya no tenemos ningún chance. Discúlpenme por lo que voy a escribir
pero eso es una muestra más de la mentalidad de “perdedores” que tenemos todos
los latinos, admitámoslo: los latinos en nuestra mayoría somos derrotistas,
tenemos un complejo de inferioridad y de conformismo que nadie nos quita y
además somos pesimistas, siempre esperamos lo peor, en lugar de ansiar y luchar
por lo mejor.
Del béisbol
siempre decimos que es un juego de hombres, no de nombres, pero lo olvidamos
cuando una estrella se va o está ausente, así pasó con Magallanes y ahora eso
pasa con la selección de Venezuela.
Ahora
me encuentro estudiando cada selección que jugara el Clásico, hablando y
participando en foros con nativos y me sorprende ver como los italianos,
holandeses y taiwaneses, sin grandes nombres y sin favoritismos a cuesta,
esperan el Clásico con ansiedad y optimismo. Los holandeses piensan: “En 2009 sin
grandes nombres vencimos a Dominicana dos veces, podemos hacerlo mejor este
año”, antes de las eliminatorias escribí un articulo sobre lo rudimentario del
béisbol en Brasil y lo desventajoso de enfrentar a potencias como Panamá,
Nicaragua y Colombia, pero algo que sí
descubrí era que la fortaleza de los brasileños no eran los nombres, sino la
disciplina, la obsesión por hacer lo básico del juego y el amor por el mismo
¿El resultado? Brasil rompió esquemas y está en el Clásico.
Y nosotros porque se va Félix decimos: “ah ya
perdimos”. Siéntanse decepcionados, engañados, odien a Félix Hernández, están
en su derecho, pero no nos sintamos derrotados antes de jugar y no comparen béisbol con el futbol, son dos
deportes diferentes, cuyas historias han ido por rumbos distintos.
Recuerden
los subcampeones de ediciones anteriores: Cuba sin grandesligas y Corea con uno
solo. Si nosotros tenemos unos cuantos ¿Por qué no lo podemos hacer mejor? CERO
DERROTISMO.
El patriotismo
Patria es humanidad, es aquella porción de la
humanidad que vemos más cerca, y en que nos tocó nacer.
José Marti
Félix
Hernández ha destapado la olla del patriotismo. Vendido, traidor, ambicioso,
malagradecido, amas el dinero más que a tu patria, son unas de las tantas cosas
que le han dicho a Félix Hernández. Como si la patria fuera una madre, obvio
que en cierto sentido lo es, pero a veces se le ve como nuestra madre carnal,
aquella que nos amamantó, nos crió, nos dio a luz, cuando no es cierto, la
patria es simplemente el hogar donde nos formamos como seres humanos,
adquirimos el sentido de identidad comunitaria dentro de un grupo humano,
heredamos su lengua, sus tradiciones, su humor, su forma de ver la vida, su
historia, su idiosincrasia.
El amor
a la patria no lo determina el defenderla en una lucha. Las patrias no luchan
ni en la Guerra ni en el deporte.
En épocas
de guerra, aquellos que no se alistan al ejército, son llamados “traidores a la
patria” y a veces hasta son fusilados. Pero en realidad, pensemos por un
momento, aquellos que no van a la guerra ¿En verdad son traidores? Muchos de
los que no van alegan que la guerra no tiene sentido, que no tiene razón de ser
llevar a un país entero a una muerte segura, ellos ponen la vida sobre la
muerte (o son cobardes, según el ángulo que lo quiera ver). No ir a la guerra,
no estar de acuerdo con ella, es otra forma de querer la patria.
Lo mismo
ocurre con el deporte (no solo el béisbol), aquellos que van en representación de
un país, a cualquier evento, téngalo por seguro, que van más por el amor al
deporte que practican y por respeto al mismo, antes que por el amor a la tan
mentada patria. Pasa en el baloncesto, pasa en el fútbol, y pasa en el béisbol.
Félix
Hernández tomó la decisión de no ir al Clásico Mundial porque sería lo mejor
para el futuro (no económico, como la inocente excusa que el sacó) de su
carrera, por amor a lo que hace.
El amor
a la patria no es defenderla, no es ponerse su uniforme y jugar un partido
contra otros jugadores de otros países. Se ama Venezuela, cuando somos ateos o
no católicos y seguimos pidiendo la bendición, se ama Venezuela cuando al levantarnos
en la mañana, lo que más queremos es comernos una arepa con mantequilla y
queso; se ama Venezuela cuando le quitamos las “r” finales a los verbos en
infinitivo (“me voy a bañá” en lugar de “me voy a bañar”), cuando amamos decir “na’
guará” o “que molleja”; se ama Venezuela cuando de grandes recordamos nuestra
escuela, nuestro barrio y nuestros amigos, como aquello que nos forjó como
seres humanos; se ama Venezuela cuando estando en el extranjero y viene la
navidad, queremos una hallaca o un pan de jamón; se ama Venezuela, no haciendo
caso omiso de nuestros problemas y creyéndonos la mejor nación del mundo, sino
diciendo: “pasa esto, pasa lo otro, debemos cambiar” y hacemos lo mejor que
podemos; se ama Venezuela cuando ayudamos a nuestro prójimo, cuando nos
consideramos amigos de alguien con solo conocerlo por un instante, porque fue
eso lo que nuestros abuelos y padres nos enseñaron; se ama Venezuela cuando al
ver la bandera de nuestra patria pensamos “qué bella es, que linda, que colores
tan hermosos”, se ama Venezuela trabajando por ella día a día, dando lo mejor
de nosotros en lo que hacemos. Se ama a Venezuela, siendo cada día más venezolanos
y sin sentirnos avergonzados por ello. Es hora de que dejemos atrás el patriotismo
barato de la demagogia política y entendamos de una vez el auténtico “amor a la
patria”.
Hasta la próxima
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