El béisbol ha sido siempre el deporte más innovador y perfeccionista de todos. Mucho de lo que se acostumbra en otros deportes (siempre entre los de equipo, valga la aclaratoria) lo introdujo primero el béisbol, por eso no es extraño pensar y/o suponer que lo más extraño, extravagante e inusual haya ocurrido en un juego de pelota, como por ejemplo que un juego se hayan enfrentado tres equipos al mismo tiempo, exacto: TRES EQUIPOS. 

Dicho suceso ocurrió el 26 de junio de 1944 en New York y se enfrentaron los tres equipos de la gran Manzana en ese entonces: Dodgers, Gigantes y Yankees ante una audiencia de 50.000 personas que llenaron el Polo Grounds para recaudar fondos para las fuerzas aliadas que combatían en la guerra. Aquella idea fue concebida por los escritores deportivos de la ciudad de Nueva York.

Eran tiempos complicados en el mundo y las grandes ligas no eran la excepción. Con rosters reducidos debido a la guerra y con varios estelares fuera, las mayores habían perdido algo de brillo. La idea de que tres equipos se enfrentaran en un mismo juego no solo era original, sino también loca, interesante y brillante. Sin embargo presentaba una dificultad obvia: como arreglar el juego entre tres bandos. En deportes donde se juega con metas parecería una opción lógica reparar el dilema con una tercera meta, sin embargo el béisbol es un juego de ataque y defensa alternados entre equipos y no de ataque-defensa al mismo tiempo. Para solucionar el conflicto presente se solicitó los servicios de un profesor de matemáticas de la Universidad de Columbia para encontrar la forma de realizar el juego y para que asesorara a los anotadores para llevar el encuentro. El profesor diseñó la fórmula quedando establecido que cada equipo enfrentaría a cada uno de sus oponentes y quedaría descansando en la misma cantidad de inning, así pues cada equipo defendería y batearía en seis entradas (tres veces contra equipo) y se sentaría en otras tres.

Así resuelto el problema se procedió a realizar el más extravagantes juego de todos los tiempos. Con los Gigantes sentados en el dogout (Dodgers y Yankees compartieron el mismo dogout con los managers sentados en cada extremo de la misma banca), los Yankees saltaron al terreno de juego y los Dodgers tomaron turno al bate. Con sencillos consecutivos de Goody Rosen, Augie Galan y Dixie Walker los Dodgers se fueron arriba 1 por 0 por 0. En el cierre de esa entrada los Yankees se fueron en blanco y se sentaron en el dogout mientras los Gigantes tomaban el campo para la alta de la segunda.

Ahora frente a los Gigantes, los Dodgers hicieron dos carreras mas producto de boleto, doble y sencillo. Los Gigantes no anotaron en el cierre de la entrada y al final de la misma los Dodgers se fueron al dogout y la acción era entre Yankees y Gigantes. Dicha rotación siguió invariable hasta a novena entrada.

Mientras los Dodgers estaban disfrutando un buen día, bateándole tanto a Yankees como a los Gigantes, estos no parecían entender bien la mecánica del juego entre tres bandos y los Gigantes apenas conectaron dos hits.

En la última entrada los Yankees anotaron dos carreras gracias a dos errores del shorstop de los Gigantes Buddy Kerr, siendo el único par de anotaciones para los mulos esa noche. Cuando cada equipo terminó de jugar sus seis innings y descansar otros tres, los Dodgers tenían 5 carreras , los Yankees 2 y los Gigantes ninguna, siendo la victoria para los Dodgers en el único juego entre tres equipos en la historia del béisbol.

Como en aquellos tiempos muchos de los mejores peloteros se encontraban peleando en la  guerra, los equipos se veían obligados a tener en su filas muchos jugadores adolescentes o peloteros cuarentones que posponían el retiro, por ejemplo Paul Waner con los Dodgers en el rightfield, quien tenía 41 años y ya no veía muy bien por lo que se guiaba por el sonido de la pelota contra el bate para determinar en qué dirección había sido bateada. En el shortstop tenían a Eddie Basinski quien era violinista de la Sinfonía de Buffalo y terminó con promedio vitalicio de .244. Ralph Branca, de apenas dieciocho años lanzó en ese juego. los Gigantes tenían a Mel Ott, manager-jugador, quien también había extendido su carrera debido a la guerra.

Antes del partido hubo competencias entre los jugadores como aquellos que había en los juegos de estrellas, como el bateo con fungo ganado por Calvin Coolidge de los Dodgers, el concurso de puntería para catchers ganado por Bobby Bragan (Dodgers) y el de velocidad ganado por George Stirnweiss de los Yankees.

Cuando el juego terminó la audiencia fue entretenida con espectáculos musicales y de comedia. Todas las actividades de aquel dia recaudaron un total de 6 millones y medio de dólares en lo que fue una noche inolvidable. Aquí el line score de aquel juego. 

Por eso, el profesor James Kimble propuso su reedición para 2019, esta vez incluyendo a los Mets como invitados y Citi Field como escenario, veremos si lo escuchan y lo toman en serio. Yo vería ese juego, y ¿ustedes?.