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viernes, 18 de abril de 2014

Top 10: Grandes Segunda Bases de todos los tiempos (Parte I)


Continuamos nuestro tour por los rankings  de quienes en  nuestra opinión fueron los diez grandes en cada una de las posiciones del diamante. Hoy es el turno de los segundas bases, una posición que históricamente se ha considerado como defensiva, puesto que el prototipo perfecto de segunda bases es aquel de manos rápidas y amplio alcance, además de habilidad natural para los pívots a primera en el proceso de fabricar doble plays, a pesar de ello han sido notables las estrellas ofensivas que han defendido el segundo saco en la historia del béisbol.


Como siempre y debido a las quejas que mis tops han recibido, este top es de Grandes Jugadores en determinadas posiciones en la historia del béisbol profesional. Siendo que el béisbol profesional no se limita solo a las Grandes Ligas, hay ocasiones en las que algún jugador de enorme talento y carrera brillante fuera del Gran Circo merece su inclusión, primero como un acto de justicia de nuestra parte y segundo como una forma de darlos a conocer a todos los visitantes de nuestra página ya que consideramos que muchos de esos jugadores son ignorados en todos los debates del béisbol, por la misma razón se incluyen jugadores del siglo XIX, quienes fueron los pioneros de este juego, muchos de los cuales fueron los primeros en jugar estas posiciones tal cual se juegan hoy con solo pequeñas diferencias y a pesar de lo rudimentario del béisbol forjaron carreras que aún le llaman la atención a los amantes de la historia de este deporte. Así pues, este tal vez no sea un top de los mejores, sí de los más grandes. Sin más comencemos.


Menciones Especiales. 


Como hicimos con los primera bases, es necesario mencionar a aquellos que lamentablemente quedaron fuera de nuestra selección, comenzamos: 


Bill Mazeroski

Recordado por su jonrón histórico para terminar el séptimo juego de la serie mundial de 1960, Mazeroski ha sido uno de los mejores segunda bases defensivos de todos los tiempos



Red Schoendienst

En su temporada consecutiva número 69 vistiendo un uniforme de Grandes Ligas, Schoendiesnt es uno de los grandes segundas bases de todos los tiempos con el guante. Fue seleccionado a diez juegos de estrellas. 



Rod Carew

Con más de tres mil imparables y con siete títulos de bateo parece una aberración no incluir a Rod Carew en la lista, pero el panameño jugó 54 juegos más en la primera base y su defensiva no tan brillante (.973 su average defensivo como segunda base) no hizo lo suficiente para ayudarlo. 



Jeff Kent

Sus 377 jonrones son la mayor marca para cualquier segunda base en la historia y fue difícil dejarlo por fuera. 



Nellie Fox

El histórico segunda base de los Medias Blancas en la década de los cincuenta y sesenta, ganó un premio Más Valioso, asistió a quince juegos de estrellas y amasó más de dos mil seiscientos hits con tres Guantes de Oro. 



Manny Trillo

El mejor segunda base en la historia del béisbol venezolano, se quedó corto en la selección de los diez grandes. Trillo fue excelente en la defensiva, pero sus números ofensivos no proveyeron el balance necesario para ser considerado entre los diez primeros. 



Fred Dunlap

El pelotero mejor pagado de la década de 1880 y uno de los mejores bateadores de dicho siglo tuvo que ser dejado por fuera debido a su corta carrera y por la baja calidad de sus pares en la liga donde jugó, pero tiene que ser mencionado quien en su carrera recibió el apodo del “Rey de los Segunda Bases” 



Ahora sí, el top:


10. Bid McPhee 


Ninguno de los grandes de hoy lo saben, pero cada vez que alguien se calza un guante y sale a
defender la segunda base, sigue los pasos de Bid McPhee. Con una carrera que transcurrió por entero en el siglo XIX, McPhee es aun reconocido como uno de los mejores segunda bases defensivos en la historia del juego, y aún más impresionante, solo usó un guante en su última temporada.

Toda su carrera transcurrió con los Rojos de Cincinnati y abarcó un periodo de diecisiete años, McPhee no dejó estadísticas ofensivas impresionantes como sí lo hicieron contemporáneos como Billy Hamilton, Ed Delahanty o Adrian Anson, su average al bate fue de solo .272 con 2258 hits, 53 jonrones y 1072 remolcadas, aunque su fuerte fueron las anotadas, departamento donde dejó 1684 carreras. Era un primer bate efectivo, anotó más de cien carreras en diez temporadas, lideró la liga en triples en 1887 con 19 y en 1886 en jonrones con 8, aunque 7 fueron dentro del campo. Como es deseable en un segunda base, McPhee era rápido, logrando 568 estafadas y fue un bateador de muy buen ojo, logrando poncharse en solo 377 ocasiones contabilizadas y en las trece temporadas de las que conservamos su número de ponches, promedió 29 por temporada, un ponche por cada 16,40 turnos. (Es de hacer notar que en aquel tiempo los ponches eran menos frecuentes).

Pero fue su defensiva la que lo inmortalizó. McPhee acumuló 14 años seguidos en el primer o segundo lugar de la liga en outs realizados en segunda, lideró la misma en casi toda su carrera en asistencia, porcentaje de fildeo y factor de alcance, en estas últimas estadísticas, estuvo siempre por encima de su liga, a pesar de que de todos los segundas bases de su circuito, él era el único que no usaba guante, por ejemplo: en 1882 su porcentaje de fildeo fue de .920 y el de su liga .883, al año siguiente su promedio fue de .928 y el de la liga .878 y su factor de alcance fue de 7.09 en 1886 mientras su liga promedió 6.07, al final de su carrera su porcentaje defensivo fue de .944 y el de la liga en ese periodo fue de .919, mientras que en factor de alcance terminó con 6.33 y su liga en el mismo periodo terminó con 5.79, de nuevo recuerde que la liga entera usaba guantes y McPhee no… en realidad McPhee sufrió una lesión en 1895 que lo obligó a usar un guante en 1896 por primera y única vez en su carrera aunque contra su voluntad y dejó porcentaje de fildeo de .978, un récord que se mantuvo por 20 años.

Continuando con las proezas defensivas de McPhee podemos decir que sus 6.545 outs realizados son un récord histórico para segunda bases, solo 2 más han realizado 6000 outs. Es cuarto de todos los tiempos en asistencias con 6919 y tercero en oportunidades realizadas con 14263  y sus 529 outs realizados de 1886 son un récord para intermedistas que nadie ha ni siquiera amenazado con romper. Lideró la liga en doble plays once veces, outs en 8 ocasiones y en porcentaje de fildeo ocho veces. En una era donde la defensiva era cercana al nivel de mediocre, McPhee fue el mejor, y eso que todos sus demás pares usaban guante y él, pues con su mano limpia. Debido a la era y en el béisbol en el que jugó, además de su desbalance ofensivo, se queda en el puesto diez. 



9. Ryne Sandberg 


El actual manager de los Phillies de Philadelphia, fue durante su carrera un gran segunda base que mezcló excelencia ofensiva y defensiva, o quizás eso es lo que se pueda leer de sus 7 bates de plata (la mayor cantidad para un segunda base) y sus 9 guantes de oro (récord para segunda bases que solo fue roto por Roberto Alomar).

Sandberg debutó en las mayores con los Phillies en 1981 como shortstop pero fue cambiado al año siguiente al equipo donde marcaría historia: los Cachorros de Chicago, debido a que los Philadelphianos tenían puras estrellas en las posiciones del infield que podía cubrir Sandberg: Larry Bowa en el short, Manny Trillo en segunda y Mike Schmidt en tercera. Sandberg comenzó con los Cubs en tercera pero poco después fue movido a segunda e inmediatamente ganó el primero de sus nueve guantes de oro seguidos en 1984, también ganó el premio Más Valioso y guio a los Cubs a su primera participación en postemporada desde 1945.

Sandberg lideró la Liga Nacional en anotada tres veces, siendo la última en 1990, mismo año en que lideró el circuito en jonrones con 40, una rareza para la posición. Terminó su carrera con promedio de .285, producto de 2386 hits en 8385 turnos al bate, además ganó siete Bates de Plata en la posición de segunda base, la mejor cantidad para uno de su posición, incluso ganó el derby de jonrones del año 1990.

En el año 1989 Sandberg acumuló una seguidilla de 89 juegos sin cometer errores, una muestra de su grandeza defensiva la cual queda una vez demostrada con su porcentaje de fildeo de por vida, que es de .989, el más alto para un segunda base en la historia de la Liga Nacional.


8. Joe Morgan 


Morgan, el segunda base de la gran maquinaria roja de los Rojos de Cincinnati en los setenta, es
frecuentemente mencionado como el mejor segunda base de todos los tiempos. Sin embargo, no en nuestro ranking.

Morgan es el único segunda base en la historia del juego en ganar dos premios MVP de forma consecutiva y al momento de su retiro era tercero de todos los tiempos en boletos detrás de Babe Ruth y Ted Williams. Sin embargo solo una vez impulsó más de cien carreras y nunca bateó más de treinta jonrones, aun así se dio el lujo de estafar 689 bases en su carrera, coleccionando nueve temporadas con más de 40 estafadas y con Cincinnati robó más de 58 bases en cinco temporadas consecutivas. A pesar de lo dicho anteriormente, Morgan fue un bateador de situaciones claves, apremiantes, “un clutch”, que dio batazos decisivos en la postemporada o en el camino hacia ella y sus 813 extrabases fueron una cantidad notable para un segunda base de su era.


Además de sus cualidades como jugador en el plano individual, Morgan fue un ganador en el buen sentido de la palabra, guiando a cuatro equipos diferentes a la postemporada, además de los Reds, hizo lo propio con los Astros, los Gigantes y los Phillies. 



7. Jackie Robinson 


El hombre recientemente celebrado, no solo fue un pionero en los derechos civiles en los Estados Unidos sino que fue un extraordinario atleta que dejó impresionantes números en tan solo diez años de carrera en las mayores, y de no haber sido por su carrera corta en el mayor nivel de béisbol en el mundo, probablemente habría rankeado más alto.

Debutó en las mayores como bien es sabido en 1947 como primera base y ganó el primer Premio Novato del Año (galardón que luego sería nombrado con su nombre) y dos años más tarde ganaría el campeonato de bateo de la Liga Nacional y el premio Más Valioso.

En ocho de sus diez temporadas en las mayores, Robinson conectó más de 100 hits siendo su tope de 203 en 1949 y promediando 177 imparables por cada 162 encuentros, el equivalente a una moderna temporada de béisbol en las Grandes Ligas. Su promedio vitalicio fue de .311 y en siete de diez años estuvo por encima de los .300 y fue un buen robador de bases que lideró la liga en dos ocasiones, aunque terminó por debajo de las 200 estafadas, recordemos que solo jugó diez años en las mayores.

En el plano defensivo, Robinson fue muy versátil jugando no solo segunda base, sino también tercera, primera y en el outfield. En la intermedia, su porcentaje de fildeo de .983 es comparable con otros grandes de la posición como Roberto Alomar o Ryan Sandberg y está a solo diez puntos por debajo del líder de todos los tiempos, Plácido Polanco. En segunda Robinson solo cometió 68 errores, promediando 6.8 por temporada, un  respetable total, aunque hay que hacer notar que en su primeras tres campañas cometió más de diez errores (tuvo una de 20 pifias).

Un gran atleta y un gran ser humano. Debido a la Guerra, al racismo y a otras actividades atléticas, Robinson solo pudo jugar en las mayores en la mitad de su carrera deportiva.  




6. Craig Biggio 


Injustamente dejado fuera del Salón de la Fama en sus primeras dos oportunidades, el segunda base
de los Astros de Houston de finales de siglo, tuvo una carrera de bajo perfil y no fue sino cuando se acercaba a su retiro que la gente comenzó a notar que una leyenda viviente rondaba los lares texanos.

Biggio jugó en segunda base casi 2000 de sus 2780 juegos y el resto lo dividió el outfield, la primera base e incluso la segunda posición más jugada por él, fue la receptoría.

En 20 años en las mayores, Craig Biggio dejó números suficientes para ser parte del club de los 3000 hits, acumulando 3060, entre los que se incluyen 1014 extrabases, un tercio de sus incongibles. Sus 688 dobles son suficientes para ser la quinta mejor marca de todos los tiempos, solo superado por Ty Cobb, Stan Musial, Pete Rose y Tris Speaker. En tres oportunidades, Biggio lideró la Liga en dobles, siendo su tope de 59 en 1999, además fue líder de pelotazos recibidos en cinco veces y posee el récord de la era moderna en dicha estadística con 285. Un aspecto admirable de la carrera de Biggio fue su durabilidad y compromiso, sus 2850 juegos son la decimasexta marca de la historia, estadística que lideró tres veces: 1992, 1996 y 1997, cuando jugó los 162 juegos de su equipo. Sus 10876 turnos son la 12da marca de la historia y sus 12584 apariciones al plato son la décima marca en la historia, un departamento que Biggio lideró cinco oportunidades. Biggio también encabezó el departamento de anotadas en dos ocasiones y 1844 anotadas son la 15ta marca de todos los tiempos y entre sus contemporáneos, solo Alex Rodríguez, Barry Bonds y Derek Jeter lo han superado.

En el plano defensivo, Biggio era versátil y ganó 4 guantes de Oro en la segunda base, y a pesar de su papel como pelotero franquicia, no tuvo ningún inconveniente ni ningún efecto sobre su ego el pasar de segunda a centerfield cuando los Astros trajeron a Jeff Kent ni cuando lo movieron de center a left, cuando trajeron a Carlos Beltrán.

Un caballero dentro y fuera del terreno, un jugador con garra y compromiso, que a base de mucho esfuerzo se ha ganado un lugar entre los grandes en la historia del juego y desde aquí esperamos que este sí sea el año en el que digamos: “Craig Biggio ha sido exaltado al Salón de la Fama”, lugar al que por naturaleza pertenece.




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