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martes, 15 de abril de 2014

Jackie Robinson, Branch Rickey y el racismo en Grandes Ligas



Un día como hoy, pero en 1947 los Dodgers de Brooklyn alinearon como su primera base a Jackie Robinson, quien era negro. De esa forma, por primera vez en casi sesenta años, un pelotero de raza negra se ponía un uniforme de las Grandes Ligas y compartía el diamante con las estrellas blancas. Fue ese el comienzo del fin de la era de la segregación racial, no solo en el béisbol, me atrevería a decir que en todos los demás deportes y hasta en la misma sociedad norteamericana.

Jackie Robinson nació el 31 de enero de 1919 en Cairo, Georgia. Proveniente de una familia de atletas consumados (su hermano Mack era medallista de plata en los Olímpicos de Berlín 1936), el  joven Jackie tuvo una brillante carrera deportiva en la UCLA de los Ángeles, destacando con brillo  en baloncesto, fútbol americano, béisbol y pruebas de pista. Luego de la universidad, Robinson se unió al ejército y se retiró del mismo en el año 1944.


En 1945 Robinson retoma su carrera en el béisbol uniéndose a los Kansas City Monarchs de las Ligas Negras, pero aunque destacó al punto de participar en el juego de las Estrellas, la experiencia lo decepcionó, pues para un atleta acostumbrado a ambientes organizados de competencia, el desorden estructural y el dominio de los apostadores en las Ligas Negras, fueron algo incómodos para su natural ser. 

Robinson como miembro de los Kansas City Monarchs


Ese mismo año, el 16 de abril, Jackie Robinson y otros peloteros de raza negra, asisten a un try out falso organizado por los Medias Rojas de Boston, quienes anunciaron que contratarían a un pelotero negro para las mayores, pero en realidad se trataba de un movimiento falso con el objetivo de apaciguar los ánimos de-segregacionistas del concejal bostoniano Isadore Muchnick, y durante el mismo, Robinson y los demás atletas recibieron insultos desde las gradas, donde se sentaron los ejecutivos del equipo. Jackie describió la experiencia como humillante.

Eran mediados de los cuarenta. En 1944 el comisionado de las Grandes Ligas, el juez Kennesaw Landis, un racista extremo quien se había opuesto a la integración racial del béisbol, había muerto y quienes buscaban afanosamente romper la barrera racial, no tenían ahora obstáculos para seguir adelante con sus planes. 

Comisionado Landis


Uno de los que buscaba con más fervor dicho objetivo (aunque muchos dicen que se trató de un movimiento publicitario) fue el gerente general de los Dodgers de Brooklyn, Branch Rickey.  

La prohibición de jugadores negros de jugar en las Grandes Ligas existía desde antes de las creación de las mismas  ligas mayores. El 16 de octubre de 1867 la Convención del Béisbol del Estado de Pennsylvania prohibió la entrada a jugadores de raza negra, trazando así la primera barrera del color.

El 1 de mayo de 1884, en la American Association, una liga grande paralela a la Liga Nacional, con el equipo de los Medias Azules de Toledo, el receptor Moses Fleetwood Walker se convirtió en el primer pelotero negro en las Grandes Ligas y poco después su hermano Weldy Walker se unió al  Toledo, y ambos tuvieron actuaciones decentes con sus respectivos equipos. Tony Mullane, uno de los grandes lanzadores de las mayores en el siglo XIX, dijo:


“Walker fue el mejor cátcher con el que tuve la oportunidad de  jugar, pero no me gustan los negros, así que cuando el era mi cátcher lanzaba lo que quería sin mirar a sus señas”


Moses Fleetwood Walker


El punto de vista de Mullane era compartido por sus compañeros y producto de ello fueron los muchos passed balls que recibió así como lesiones, incluso Walker sufrió de una cadera rota producto de la hostilidad de sus compañeros. Pero todos estos hechos no disminuyeron para nada el valor y coraje de este honorable caballero hoy  olvidado por los historiadores del béisbol que escriben para el mainstream.  Pero los momentos más humillantes de la carrera de Walker fueron cuando éste se encontró con Cap Anson en juegos de exhibición, ya que el fornido Anson armó berrinches para no compartir el diamante con un pelotero de color. Anson era el mejor jugador de su época, el más respetado y el más querido y moviendo sus influencias logró que para 1889 todas las ligas grandes tuvieran un acuerdo “no-escrito” para no firmar peloteros de color. 

Anson


Estas prohibiciones llevaron a la formación de equipos independientes de peloteros negros que con el tiempo organizaron las Ligas Negras del béisbol, circuitos en los que peloteros menos afortunados como Martín Dihigo, Cristóbal Torriente, José de la Caridad Méndez, Tetelo Vargas, Dalmiro Finol, Joshua Gibson, Smokey Joe Wood, Rube Foster, Cool Papa Bell, Willard Brown, Buck Leonard, Ray Dandrige, Oscar Charleston, Judy Johnson y otros pudieran brillar.

W.E White
Aun así, una reciente investigación conducida por la Sociedad  Americana para la Investigación del Béisbol (SABR, por sus siglas en inglés) descubrió que en 1879, un pelotero de nombre William Edward White, tomó el lugar del  primera base regular de los Grises de Providence en 1879 Joe Start, este tal White fue hijo de un blanco rico y de una antigua esclava negra, lo que pudiera convertir a White en el primer afroamericano en jugar en las mayores (ironía que se llame White) y además por ser hijo de una antigua esclava, podría ser el único manumiso (antiguo esclavo) en hacerlo. Pero, el censo de 1900 y el 1910 enlista a White como hombre de raza  blanca y debido a que no hubo ninguna controversia por su participación en un juego, es probable que no lo tomaran como negro.  

Durante el tiempo de la prohibición hubo intentos, por supuesto de traer peloteros negros a las Ligas Grandes. John McGraw, legendario manager de los Gigantes de Nueva York, cuyo total de victorias solo es superado por Connie Mack, expresó del diamante cubano, José de la Caridad Méndez, el deseo de “pintarlo de blanco para llevármelo a las mayores”, y también se valió de un tecnicismo, para registrar al lanzador negro Charlie Grant, como el segunda base de los Orioles de Baltimore que McGraw dirigía en 1901, bajo el nombre de Charlie Tokohama y enlistarlo como de raza indígena, lo cual resultó pero al final Grant no se unió a los Orioles. 

McGraw


La razón de dicha estratagema por parte de McGraw se debía a que la prohibición racial solo aplicaba a los negros,  y hubo ejemplos de jugadores indígenas que jugaron en las Grandes Ligas, como por ejemplo Chief Bender, lanzador de 22 años de carrera en las mayores, con tres lideratos de efectividad, un  nohitter, lanzó tres blanqueos en una serie mundial y se cree fue el inventor de la slider,… Bender era de raza mezclada, su padre era alemán, pero su madre era de raza indígena Chippewa y tal vez el indígena más celebre en las mayores sea Louis Sockalexis, miembro de la tribu Penobscot y que pasó los tres años de su carrera en Grandes Ligas con los Naps de Cleveland, equipo que luego de su retiro cambió su nombre a los Indios. Una leyenda atribuye el nuevo nombre a un homenaje a la figura de Sockalexis, quien en su momento sufrió insultos y burlas raciales de compañeros, rivales y fanáticos. 

 
Sockalexis

Otra prueba de que la barrera racial era solo para personas de piel oscura se manifiesta en los latinos que jugaron antes de 1947 en las mayores: Esteban Bellán, Luis Castro, Adolfo Luque, Armando Marsans, Rafael Almeida, Baldomero Almada, Hiram Bithorn y Alejandro Carrasquel, eran latinos “catires”, de piel clara.

Bill Veek, otro de los grandes innovadores en la historia del béisbol, declaró en su biografía, que en 1943 descubrió que no había ninguna regla escrita que prohibiera la participación de negros en las Grandes Ligas y quiso por ende comprar los Phillies de Philadelphia y llenarlo de puros jugadores negros, pero que Kennesaw Landis se opuso y evitó la compra, pero la prensa de aquel tiempo no mencionó tal intención  de Veek y hoy es bastante probable que el haya inventado ese cuento.

Rickey como jugador
El único intento serio de romper la barrera de color fue hecho por Branch Rickey. En 1902 Rickey jugó a nivel profesional en la Ohio Football League, predecesora de la moderna NFL pero se fue al béisbol al año siguiente y debutó en 1905 con los Browns de San Luis de la Liga Americana, hoy Orioles de Baltimore. Su actuación con ellos fue mediocre, era malo en todo: a la ofensiva su promedio no alcanzaba los .200 y en la defensiva también era malo, en un encuentro en el que lo probaron en la receptoría, los contrarios le robaron trece bases, un récord que tras más de un siglo no ha sido roto.  Rickey se retiró en 1907 luego de una pasantía con los New York Highlanders (hoy Yankees) y regresó como ejecutivo de los Browns de San Luis en 1913 y fue responsable de la firma de George Sisler.

En 1920, ya con los Cardenales de San Luis, Rickey fue nombrado su presidente y en  1922 introdujo el diseño en los uniformes de los dos cardenales en las puntas de un bate, donde se entrelaza el nombre “Cardinals”. El diseño se le ocurrió en misa, al ver una cortina con dos cardenales posados en las puntas de una rama. El diseño del uniforme se volvió clásico y los Cardenales ganaron sus primeros campeonatos con él y luego que lo cambiaron entraron en una era oscura de su historia, cuando los escarlatas lo retomaron en la década de los sesenta, reverdecieron sus laureles. 



Pero no fue el diseño de los uniformes el principal  aporte de Rickey al béisbol durante su estancia con los Cardenales, sino el desarrollo del primer sistema de granjas de las ligas menores en la historia de las mayores. El comisionado Landis se quejaba del sistema, diciendo que iba a destruir las Ligas menores, pero el mismo resultó ser tan efectivo que todos los demás equipos comenzaron a construir los suyos. Cuando Rickey dejó los Cardenales de San Luis en 1942, esta divisa había ganado varias Series Mundiales, siempre con peloteros formados por ellos mismos, entre los que destaca Stan Musial. La mística de Rickey en el desarrollo de los jóvenes talentos es un principio que aún se mantiene vigente y se aplica estrictamente  en la organización de los Cardenales de San Luis, uno de los equipos con las mejores granjas en las mayores.

Luego de la temporada del 42, en la siguiente, Rickey se une a los Dodgers de Brooklyn, equipo con el que siguió contribuyendo al  béisbol con sus innovaciones, entre las que se cuentan: fue responsable de la primera instalación de tiempo completo para spring training, localizada en Vero Beach, Florida; introdujo el uso de las máquinas de pitcheo, jaulas de bateo para los entrenamientos y de los cascos para los bateadores. Rickey también fue el primer gerente general en usar el análisis exhaustivo de las estadísticas en el  béisbol, siendo precursor de la sabermetría. Rickey contrató un estadístico de nombre Allan Roth  y tras el estudio de sus conclusiones, Rickey se convenció que el porcentaje de embasado es una estadísitca más útil que el promedio al bate. Roth fue también la primera persona en proveer evidencia estadística de que el platoon (usar derechos contra zurdos y viceversa) tenía efectos reales y verdaderos.

Luego de su estadía con los Dodgers, Rickey pasó a los Piratas de Pittsburgh, donde obligó al equipo entero a usar cascos a la ofensiva y a la defensiva (esto último no duró mucho) y también fue responsable por la firma de Roberto Clemente.


En los Dodgers, Rickey se propuso romper la barrera racial. El servicio valiente de soldados negros en la Segunda Guerra Mundial y el éxito de atletas de esa raza como Joe Luis en boxeo y Jesse Owens en atletismo, fue un aliciente en este sentido, en cuanto Rickey expresó que el  béisbol debía expandirse a todos los sectores de la sociedad si deseaba mantener su estatus como deporte nacional

Rickey


Los planes de Rickey recibieron el visto bueno de los dueños de los Dodgers, y éste designó un panel especial de scouts para chequear a jugadores negros. George Sisler, antigua estrella del béisbol (comparado con Ty Cobb, en su momento), estuvo entre esos scouts y mientras los demás creían que su misión era crear un equipo paralelo de solo jugadores negros, Sisler “escauteó” (permítaseme este anglicismo) meticulosamente el talento de Jackie Robinson, especialmente su brazo,  para saber si tenía las herramientas para jugar en el campo corto, finalmente Sisler pensó que Robinson estaba mejor en segunda y luego lo ayudó en su transición a la primera base. Sisler, quien había sido descubierto, guiado y manejado por Branch en su tiempo de jugador, le dijo: “Señor,  este es el indicado”. Rickey siguió los consejos de su pupilo y procedió a la firma de Robinson. 

George Sisler


El 28 de agosto de 1945 Branch Rickey y Jackie Robinson se entrevistaron por tres horas. Rickey quería que quien rompiera la barrera racial fuera una persona valiente, caballerosa y muy respetuosa, alguien que con estoicismo resistiera el racismo que inevitablemente se iba a encontrar en los primeros días, por eso le preguntó a Robinson si él podía resistir todos esos obstáculos sin responder a un solo insulto, sin responder a una sola vejación, a resistir todo como un caballero. Robinson extrañado le pregunta:

- ¿Busca usted señor, un negro que tenga miedo de responder?

A lo que Rickey le responde:

- Necesito un jugador negro con los suficientes cojones para no responder.

Robinson dio su palabra de ofrecer la otra mejilla en lugar del ojo por ojo. Rickey se comprometió a pagar 600 dólares mensuales a Robinson. El 23 de octubre de 1945 se anunció que Jackie Robinson jugaría en 1946 con los Reales de Montreal, equipo filial de los Dodgers, ese mismo día, Robinson firmó su contrato. 

El día de la firma


Larry Doby, quien llegó a las mayores el mismo año que Robinson afirmó algo que insinúa que su firma no fue recibida con el entusiasmo que supondríamos por la comunidad negra, Doby expresó:
 


“Una de las cosas decepcionantes y desalentadoras para muchos jugadores negros en aquel tiempo fue que Jack no era nuestro mejor jugador. Nuestro mejor jugador fue Josh Gibson. Creo que esa fue una de las razones por las que Josh murió tan joven, tenía el corazón roto”.


Josh fue mejor sin duda, pero para ese entonces estaba gravemente enfermo y no podía, bajo ninguna circunstancia competir en el béisbol. Murió tres meses antes de la llegada de Robinson a las mayores. Bien puede ser que Robinson no era el mejor, pero por lo que hemos aprendido de la historia que hemos estado relatando es que Jackie probablemente fue el único con las agallas y la formación requeridas para “poner la otra mejilla”.

Joshua Gibson


La estadía de Robinson no fue fácil. En sus inicios en las menores, los hoteles que albergaban a la filial de los Dodgers, les negaban el acceso a él y a Johnny Wright, otro pelotero negro que había sido firmado por Rickey. En una ocasión la policía amenazó con suspender por la fuerza los juegos si Robinson participaba en ellos. En su debut en  las Ligas Menores, el primer lanzador que enfrentó fue Warren Sandel, antiguo rival de Robinson en California, su cátcher pidió que golpeara intencionalmente a Robinson,  pero éste se negó rotundamente y aunque lo obligó a dar un rodado, en los siguientes cuatro turnos, Robinson conectó imparable. Robinson fue seleccionado MVP de la International League. Estaba listo ya para las mayores.

Robinson en su estadía en Montreal


El 15 de abril de 1947 Jackie Robinson debutó en las mayores, ante 26000 aficionados (14000 de ellos negros) que asistieron al Ebbets Field a verlo jugar. Por primera vez desde 1884 todos los jugadores capacitados para hacerlo, sin importar su etnia, tenían derecho a jugar en las mayores.

La recepción sobre el debut de Robinson fue generalmente positiva, tanto de la sociedad como de los jugadores, aunque si bien en el dogout de los Dodgers hubo quienes amenazaron con no salir a jugar  si Robinson alineaba. Pero Jackie contó siempre con el apoyo de la gerencia del equipo y el mismo manager Leo Durocher dijo:


“Me importa un comino si el tipo es amarillo o negro o si tiene rayas como una jodida cebra, yo soy el manager del equipo  y digo que el va a jugar (…) si no les gusta, me encargaré de que los cambien a todos” 



Leo Durocher

Aun así, los rivales trataron, en ocasiones, a Robinson de forma violenta tanto física como verbalmente, especialmente los Cardenales de San Luis, quienes amenzaron con irse a la huelga si Robinson jugaba, en respuesta el presidente de la Liga Nacional anunció que cualquier jugador que se fuera a la huelga con ese motivo sería  suspendido. Pero los abusos no se detuvieron y en cierta ocasión Robinson recibió una cuchillada de siete pulgadas por parte de Enos Slaughter y el 22 de abril de 1947 el manager de los Phillies, Ben Chapman gritó desde su dogout le gritó a Robinson:


“Mira negro, no deberías estar aquí, deberías volver a los campos de algodón”


Luego Rickey afirmó:


“Aquella muestra de odio del señor Chapman unió al equipo, nos hizo solidarios”


Y aunque Robinson enfrentó muchos abusos, también recibió su aliento. En cierta ocasión cuando fanáticos neoyorquinos le gritaban epítetos raciales a Robinson, Pee Wee Reese, estrella de los Dodgers, se enlazó al cuello de Robinson y les gritó a los fanáticos:


“Pueden odiar al hombre por miles de razones, pero el color no es una de ellas”.


Robinson y Reese


Hank  Greenberg, la mayor estrella judía del béisbol y quien también afrontó el prejuicio en su momento, en cierta ocasión chocó con Robinson en primera y mientas lo ayudaba a levantarse le murmuraba palabras a su oído. Robinson dijo que eran palabras de aliento. 

Hank Greenberg


Robinson también hablaba con mucha frecuencia con Larry Doby, quien ese mismo año debutaba en la Americana y afrontaba los mismos abusos de Robinson (lástima que a Larry Doby no lo mencionan casi, ¡Y qué historia por contarles!), ambos se llamaban por teléfono todas las noches y se alentaban mutuamente. Robinson ganó ese año el primer premio Novato del Año de las mayores, el cual fue renombrado en su nombre posteriormente. 

Larry Doby

Su paso por las mayores abrió el camino para los demás que vinieron después de él, su ejemplo demostró que se puede ganar terreno en el campo de los derechos civiles de forma pacífica y como el propio Martin Luther King dijo de él:


“Es una leyenda en su propio tiempo”


En sus diez años en las mayores, Jackie Robinson fue un extraordinario jugador a la defensiva en todas las posiciones que jugó, participó en seis juegos de estrellas, ganó un anillo de Serie Mundial, un premio Más Valioso, un campeonato de bateo, dejó promedio vitalicio de .311 con más de 1500 hits conectados y fue seleccionado al Salón de la Fama en 1962 con el 77% de los votos.  El 24 de octubre de 1972, aquejado de enfermedades cardíacas, diabetes y prácticamente ciego a los 53 años, Jackie Robinson murió. Hoy celebramos su legado. 





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