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martes, 6 de octubre de 2015

Top 10: Grandes Leftfielders de la historia


Luego de una larga ausencia, de un largo tiempo sin continuar esta serie de artículos, continuamos escogiendo los diez grandes jugadores posición a posición en la historia del béisbol. Una vez terminados con los pitchers, los catchers y los jugadores del cuadro, nos toca comenzar con los outfielders y los primeros en ser seleccionados serán los de la posición número siete, los jardineros izquierdos.

Debemos aclarar antes que hemos cambiado un poco la forma en que presentamos la lista; he decidido prescindir de las menciones honoríficas y contrario a como lo venía haciendo anteriormente, en esta oportunidad la lista será presentada en un solo artículo. Sin más, adelante:







10. Pete Rose



Rose es sin lugar a dudas el utility más célebre en la historia del béisbol. Difícil ubicarlo en alguna posición de manera definitiva. La mayoría de su carrera la pasó en el cuadro interior, pero regado en tercera, primera y segunda, posiciones muy diferentes. En los jardines jugó el 37% de su carrera y la mayoría fue en el leftfield, por eso lo ubicamos en el puesto diez, de lo contrario habría rankeado más arriba.

¿Por dónde comenzar con quien es uno de los personajes más controversiales del béisbol? A pesar de toda su grandeza y de su intensidad a la hora de jugar, quizás más que cualquier otro pelotero en la historia, soy de ese pequeño porcentaje que piensa que Rose está sobrevalorado. Como bateador, en mi opinión, era unidimensional, cierto que conectó 4256 hits, más que nadie en la historia, pero su porcentaje de extrabases es de solo .245 y su slugging solo superó los .500 una sola vez, en 1969.

Defensivamente, alguien que juega tantas posiciones, no necesariamente quiere decir que sea bueno, puede significar también que no es lo suficientemente bueno para establecerse en una posición. Su promedio de fildeo de .987 no dice nada, en realidad, el promedio de fildeo no dice nada de nadie, es una estadística poco útil.

Pero Rose rankea alto en varias categorías ofensivas, es líder de todos los tiempos en juegos jugados, turnos, apariciones legales, sencillos y outs y segundo en dobles. Lo ganó todo, ganó tres anillos de Serie Mundial, tres coronas de bateo, un MVP, dos guantes de oro, el novato del año y asistió a 17 juegos de estrellas, en cinco posiciones diferentes.



9. Ed Delahanty




Este es el nombre menos conocido de la lista y no es de sorprender, pues su carrera se desarrolló principalmente en la década de 1890, sin embargo fue uno de los primeros bigleaguers de cinco herramientas y su trágico final es una de las historias más tristes en el béisbol.

Su carrera fue corta para los estándares modernos, apenas quince años, los mejores fueron jugados en Philadelphia. En esas dieciséis temporadas, con Phillies, Spiders y Washington, acumuló promedio de .346 (el quinto más alto de la historia), con 101 cuadrangulares (una gran cantidad para la época), 1464 impulsadas, 522 dobles,  185 triples y 455 bases robadas; lideró la liga en slugging e impulsadas en tres oportunidades y en otras tres ocasiones logró promedio por encima de los .400. Sus extraordinarios números le valieron el apodo del “Rey del Swing”. 

Entre 1894 y 1896 Delahanty fue el mejor pelotero de la gran carpa, acumulando en esos años .402 de average, 28 jonrones, 365 remolcadas, promedio de embasado y slugging de .482 y .611 respectivamente. Notablemente, en 1894 Delahanty bateó .407 pero perdió el Campeonato de Bateo ante Hugh Duffy que bateó .440.

Delahanty murió en julio de 1903 cuando cayó a las cataratas del Niágara, aparentemente fue echado de un tren en movimiento por el conductor del mismo por estar ebrio y revoltoso. El conducto afirmó que Delahanty amenazaba a los otros pasajeros con una navaja. Después que bajó del tren, Ed comenzó su andar por el puente que conecta a Buffalo con Fort Erie y se cayó del mismo, aunque hay versiones que dicen que es posible que alguien lo hubiese empujado. Tenía solo 35 años. 




8. Al Simmons




Simmons pertenece a ese numeroso grupo de grandes jugadores que se van olvidando con el tiempo. Su nombre verdadero era Aloisius Szymanski, pero cansado de que la gente lo pronunciara mal, lo cambió por Simmons. Su carrera comenzó de manera soñada, en su primera campaña en las mayores, en 1924 con los A’s, conectó 183 imparables, incluyendo 102 remolcadas y promedio de .308 y de haber existido el Novato del Año, se lo habrían dado.

En sus primeras once temporadas, Simmons bateó sobre .300 y remolcó al menos cien carreras. En su segunda temporada en las mayores lideró la Americana en hits con la “módica” cantidad de 253 indiscutibles, récord en la historia para un bateador derecho, añádanle a eso .312 en promedio de extrabases y .599 de slugging. Simmons superó la barrera de los doscientos hits en seis ocasiones, incluyendo cinco consecutivas entre 1929 y 1933. Su paso a los Medias Blancas en 1933 marcó el inicio del declive en su carrera.

Entre 1929 y 1930, y a pesar de ser compañero de Jimmie Foxx, Simmons fue la mejor pieza de los A’s, anotó 266 carreras, conectó 423 imparables, 70 jonrones y 322 impulsadas en ese lapso, con .373 de promedio al bate y .374 de slugging y de haberse otorgado MVP esos años se le habrían otorgado.

La mala suerte de Simmons fue haber compartido era con Gehrig, Ruth y Foxx, pues nadie dice que Simmons ha sido el bateador que más rápido ha llegado a 1500 y a 2000 hits. Al se retiró en 1944 con 2927 hits.

Nunca se arrepintió de no haber llegado a los tres mil hits pues reconoció su responsabilidad: se iba de parranda las noches antes y después de los juegos, sin poderse concentrar. Aprendió de sus errores, pues a Stan Musial, de quien fue mentor, le decía: “Nunca te relajes en un turno, nunca te relajes en ningún juego”.




7. Carl Yastrzemski



Yaz es conocido por ser el último ganador de la Triple Corona de Bateo antes de Miguel Cabrera. Durante veinte y tres años fue la cara de los Medias Rojas de Boston y nadie más que él en las mayores ha jugado más juegos con el mismo equipo. Asistió a 18 juegos de estrellas, ganó siete Guantes de Oro y es miembro del club de los tres mil hits. Es segundo de todos los tiempos en juegos jugados y tercero en turnos tomados.

El caso de Yastrzemski es uno de esos inusuales y afortunados en que un jovencito sucede a una leyenda en una posición para luego convertirse el mismo en otra leyenda, pues le tocó tomar el puesto de Ted Williams. Tal presión fue sentida por el joven de ascendencia polaca en su debut en 1961. Pronto era evidente que Yas era tan buen bateador como su predecesor y mejor a la defensiva, ganando siete guantes de oro y liderando la liga en asistencias en siete ocasiones.

Su mejor año fue el de 1967 cuando se ganó la Triple Corona con promedio de .326, 44 vuelacercas y 121 traídas al plato, por tal extraordinaria actuación ganó el MVP casi de manera unánime, pues un voto fue para César Tovar. Ese año su WAR fue de 12.4, el más alto desde la temporada 1927 de Babe Ruth. Las dos últimas semanas de Yastrzemski ese año fueron decisivas para que los Red Sox ganaran el título de la Americana, en dicho lapso bateó .513 con cinco cuadrangulares y 16 remolcadas.

En la parte final de su carrera, Yas jugó en la primera y como designado hasta su retiro en 1983. En 1989 fue exaltado al Salón de la Fama.



6. Manny Ramírez




Los números solos de Manny Ramírez bastarían para ponerlo en el top 5 de esta lista, sin embargo su historial con las sustancias para mejorar el rendimiento me lo impiden, sobretodo  su actuación con la última suspensión, en la que decidió anunciar un repentino retiro antes que enfrentar la consecuencia de sus actos.

A Manny se le recuerda por su bateo principalmente. Ganó nueve bates de plata, pertenece al club de los 500 jonrones y sus 21 grand slams son la tercera mayor marca en la historia. Jugó en 12 Juegos de Estrellas, once de ellos consecutivos. Ramírez ganó el Campeonato de Bateo en 2002 con los Red Sox cuando bateó .349, también ganó un liderato de jonrones (43 en 2004) e impulsadas (165 en 1999). Adicionalmente ganó tres campeonatos de slugging, departamento donde logró siete campañas sobre los .600.

En 11 viajes a los Play Offs (5 con Cleveland, 4 con Boston y 2 con los Dodgers), Manny Ramírez estableció record en dicha fase con 29 cuadrangulares. Formó parte de la dinastía de los Red Sox que acabó con  la “Maldición del Bambino” por lo que consiguió dos anillos de Serie Mundial. Posterior a su segunda suspensión por consumo de esteroides, se repentino y corto retiro, Ramírez intentó a volver, sin el éxito pasado, a las Ligas Mayores. Defensivamente, Manny no descolló, obteniendo números negativos según las mediciones avanzadas. Sin dudas, una mejor defensa habría puesto a Manny un poco más arriba.

Por último, Manny también jugó en Taiwán donde fue toda una atracción y es una de las grandes figuras en la historia de las Águilas Cibaeñas en su natal República Dominicana. 




5. Joe Jackson



Jackson es junto a Rose, los dos más grandes jugadores ausentes en el Salón de la Fama. Pero el caso de Jackson es especial, puesto que su carrera, brillante según los números que nos dejó, se vio cortada a la mitad debido al veto de por vida que se le impuso por su supuesta implicación en el caso de los Medias Negras de 1919.

El descalzo Joe, como se le llamaba, atrajo la atención del mundo del béisbol desde su temporada de novato cuando bateó para .408, una marca para rookies que no ha sido igualada y seguramente jamás lo será. Desde 1910 comenzó una seguidilla de once temporadas con promedio sobre los trescientos, incluyendo una de .400 en 1911 cuando bateó .408 pero perdió el campeonato de bateo. Adicional a ello, Jackson tuvo también cuatro temporadas de 200 hits, siendo su tope la de 1911 cuando conectó 233 incogibles.

Su carrera fue de apenas doce años y jugó con tres equipos: A’s, Indios y Medias Blancas y su promedio vitalicio de .356 es la tercera marca de todos los tiempos y su pose de bateo era tan perfecta, que Babe Ruth reconoció haberla copiado. A casi cien años de su última temporada, aun es dueño de la marca de triples en Indios y Medias Blancas para una campaña.

Jackson jamás ganó un título de bateo. Cuando bateó .408 en su temporada debut, Ty Cobb lo superó. Sin embargo lideró la liga en OBP, en slugging y OPS, en ocasiones no coincidentes, en tres oportunidades fue líder en triples, una en dobles y dos en hits. En su última campaña, se despidió –sin saber- de los diamantes con .382 de average, 121 remolcadas y 218 inatrapables. Defensivamente se le consideraba uno de los mejores de su tiempo, de hecho hay una expresión: “El guante de Shoeless Jackson es donde los triples mueren”.



4. Stan Musial



Con 65% de su Carrera en los jardines, Musial califica para esta lista debido a que el izquierdo fue el jardín que más cubrió. Uno de los grandes bateadores de todos los tiempos y una de las personalidades más respetadas en la historia del béisbol.

Una carrera larga y brillante de 22 años, todos con los Cardenales de San Luis, dejó promedio de .331 y a su retiro ostentaba los récords del viejo circuito en hits (3630), impulsadas (1951), juegos jugados (3206), turnos (10972), anotadas (1949) y dobles (725). Sus 6134 bases alcanzadas eran récord de las mayores hasta Hank Aaron. Ganó siete campeonatos de bateo y logró 1815 hits como local y la misma cantidad como visitante, ganó tres MVP y la misma cantidad de anillos de Serie Mundial y junto a Hank Aaron y Willie Mays ha jugado la mayor cantidad de juegos de estrellas con 24.

Comenzó su carrera como pitcher para luego ser convertido en outfielder. Debutó en 1941 y rápidamente se estableció como uno de los mejores bateadores del béisbol, dos años después de su debut, lideró la nacional en seis categorías ofensivas y ganó su primer MVP. Cuando se retiró era dueño de 17 récords en las mayores, 29 en la Nacional y 9 de juegos de estrellas. 

Su carrera fue interrumpida en 1945 cuando fue a prestar servicio militar en la Guerra Mundial. Tras su regreso, tuvo una extraordinaria campaña en 1946 cuando lideró casi todos los departamentos ofensivos: bateo (.365), slugging (.585), hits (228), anotadas (124), dobles (50) y triples (20). Tal actuación se repitió, incluso mejor, en 1948 cuando nuevamente lideró esos departamentos, con marcas personales en promedio (.376), slugging (.702), OBP (.450), impulsadas (131), jonrones (39) y hits (230), quedando a solo un jonrón de ganar la Triple Corona.




3. Barry Bonds



Con o sin ayuda de esteroides, Bonds pertenece a esta lista. De no ser por su historial manchado, sería sin duda el número uno, pero no podemos ignorar que sus números aumentaron desorbitadamente cuando los rumores de esteroides comenzaron. Dejando eso a un lado, Barry Bonds es uno de los jugadores más completos en la historia de este deporte.

Nadie ha ganado más MVP que Barry Bonds, que consiguió siete premios, adicionalmente ganó 12 Bates de Plata, 8 Guantes de Oro y dos campeonatos de bateo. Sus 762 jonrones de por vida son la marca para las mayores y en 2001 estableció record para una campaña, cuando sacó 73 pelotas del parque. Bonds también es líder histórico en boletos y en boletos intencionales con 2558 y 688 respectivamente.

Su .444 de porcentaje de embasado es sexto de todos los tiempos y superó los .400 en 17 ocasiones en periodo de 18 años, incluyendo tres campañas sobre los .500 y una sobre los .600, liderando la liga en 10 oportunidades. Sus .609 del año 2004 son el récord para una campaña. Slugging fue otro de los departamentos que Bonds lideró a placer, sus .607 son quintos en la historia y en 18 temporadas supero los .500 puntos, incluyendo doce sobre los .600, cuatro sobre los .700 y dos sobre los .800, incluyendo el récord para una campaña cuando en 2001 bateó para .863 de slugging.

Bonds también destacó a la defensiva, ganando varios guantes de oro y su velocidad era otra de sus fortalezas, llegando a ser 40-40, consiguiendo nueve campañas de más de treinta estafadas, incluyendo la de 1990 cuando se robó 52, inusual para un bateador de poder.

En jonrones superó la barrera de 40 en ocho ocasiones, pero la de cincuenta en solo una, cuando bateó 73 en 2001, de ahí que se comenzó los rumores de consumo de esteroides. Lamentablemente, Bonds está fuera del Salón de la Fama y es posible que no entre.



2. Rickey Henderson



En 25 años en las mayores, divididos en nueve equipos, Rickey Henderson estableció una cantidad considerable de récords que lo convierten en uno de los grandes peloteros en la historia de este deporte. Es miembro del club de los 3000 hits, es líder histórico en carreras anotadas (2295), bases robadas (1406) y outs robando (335).

En 1982, con los A’s, Henderson estableció marca de bases robadas en una campaña cuando estafó 130, siendo el único  en la historia de la Liga Americana en robarse 100 bases en una temporada, hazaña que logró en tres oportunidades. Su total de robadas, de 1406, es casi el doble de su más cercano competidor, Lou Brock. Ganó dicho departamento en doce ocasiones y en 21 temporadas estuvo en el top 10. También lideró cinco veces la liga en anotadas.

De por vida acumuló un alto OBP de .401 y superó la barrera de los .400 en dieciséis temporadas, incluyendo una seguidilla de nueve entre 1989 y 1997. Dicha capacidad de embasado, aunado a su velocidad y capacidad de robo, lo hacían el primer bate perfecto, llegando a ostentar el récord de más jonrones abriendo partidos, un total de 81.

Henderson jugó en 10 juegos de estrellas, ganó dos Series Mundiales, un MVP, un Guante de Oro y tres bates de plata. Es cuarto en la historia en juegos jugados, décimo en turnos y segundo en boletos, de hecho sus 2190 pasaportes eran la marca histórica cuando se retiró. Henderson también ostenta el récord de más robadas en una serie de postemporada con ocho, establecido en la Serie de Campeonato de la Americana en 189.

Cuando antes de entrar al Salón de la Fama, a Bill James le preguntaron si Rickey Henderson merecía ser exaltado, respondió: “Puedes cortar a Rickey Henderson por la mitad y tendrías a dos miembros del Salón de la Fama”.



1. Ted Williams



Por muy floja que haya sido la defensiva de Ted Williams, todos sus méritos ofensivos le garantizan el puesto número uno entre los grandes leftfielders de todos los tiempos. No en vano, el último mortal en superar la barrera de los cuatrocientos, es considerado por muchos el mejor bateador en la historia.

Participó en 17 juegos de estrellas, ganó 2 MVP, logró el campeonato de bateo en seis ocasiones, una Triple Corona, se retiró con promedio al bate de .344, 521 jonrones, 2654 incogibles y su porcentaje de embasado de .482 es el más alto de la historia, mientras que su average es el más alto para jugadores con al menos 300 jonrones. De no ser por sus tres años en el servicio militar, es posible que Ted Williams hubiese conseguido uno o dos campeonatos de bateo adicionales y quizás 650 jonrones.

Williams lideró la Americana en anotadas seis veces, en jonrones e impulsadas cuatro veces, ocho veces en boletos (seis de ellas consecutivas), doce veces en OBP, incluyendo ocho lideratos en nueve campañas y superó los .500 en cinco oportunidades. Extrañamente, nunca lideró la liga en hits y jamás conectó 200 inatrapables en una campaña, debido quizás a su gran cantidad de boletos pues su porcentaje de pasaportes en relación a las apariciones legales fue de 20.7% mientras que el de ponches fue de apenas 7.2 % y recibía tres boletos por cada ponche.

Teddy Ball Game fue además uno de los más grandes estudiosos y teóricos del arte del bateo, llegando incluso a escribir un libro al respecto: “La Ciencia del Bateo”, publicado en 1970 y que ha servido a grandes bigleaguers como Tony Gwynn. Dejaba pasar siempre el primer strike y usaba un bate más ligero de lo normal pues esto le permitía tener un swing más rápido.

La velocidad era una virtud ausente en su repertorio y Williams lo lamentó, diciendo que de haber sido más rápido habría obtenido promedios más altos. Aunque su defensa nunca recibió elogios notables, y que además por momentos mientras cubría el leftfield practicaba el swing con su guante, Williams logró ser un experto en cubrir las pelotas que rebotaban en el monstruo verde, conocimientos que luego traspasó a su sucesor en dicha posición: Carl Yastrzemski.

Sin duda, el puesto número uno, pertenece al gran Ted Williams.




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