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domingo, 8 de marzo de 2015

Top 10: Grandes Shortstops de la historia (II parte)

5. Derek Jeter

El capitán de los Yankees se retiró  con el legado de ser la figura central de una de las dinastías más poderosas en la historia del béisbol. Con de 3465 hits, Jeter es actualmente octavo en la lista, es primero en hits conectados desde el shorstop y primero en dicho departamento en los Yankees, equipo del que también es líder en juegos y estafadas.

Jeter debutó en 1995 y ganó el Novato del Año en 1996, año que coincidió con el primer anillo de Serie Mundial. Jeter luce cinco anillos de Serie Mundial, 14 invitaciones a juego de estrellas, 5 bates de plata y 5 guantes de oro, aunque bien su defensa no es tan brillante como dicha marca lo sugiere.


Sin haber ganado nunca un Más Valioso o un Campeonato de Bateo, Jeter se ha ganado el respeto y la admiración de todo el mundo del béisbol por su pasión por el juego, liderazgo, profesionalismo y ansias de triunfo. Un capitán dentro y fuera del terreno.

Los números de Jeter, que bien podrían calificar para el segundo puesto son engañosos. Por ejemplo, ha superado los .300 de average en doce ocasiones, pero nunca ha bateado más de .350 y ha superado los .340 en solo dos oportunidades. En el departamento de .OBP alcanzó la marca de .400 en cuatro ocasiones, siendo top 10 en las mismas, llegando máximo tercero, una marca muy baja para un primer bate, en comparación, Appling desde el tercer lugar de la alineación y en una época menos ofensiva, alcanzó los .400 en ocho ocasiones. El promedio de extrabases de Jeter es de .251, muy bajo cuando se compara a otros Shortstops históricos y relativamente contemporáneos con los que ha sido comparado como Barry Larkin (.305) y Cal Ripken (.338).

A primera vista, sí, es un shortstop que podría ser número uno histórico de muchos, pero una mirada más profunda nos hace ponerlo en el puesto cinco. 



4. Arky Vaughan


En solo 14 años de carrera, Arky Vaughan dejó una marca indeleble que lo ubica entre los mejores shortstops de todos los tiempos. Solo bateó 2103 hits con 96 jonrones para promedio al bate de .318, OBP de .406 y OPS de .859.En una hipotética carrera de veinte años, Vaughan habría coqueteado con la marca de los 3000 hits y probablemente bateado doscientos jonrones.

Su carrera transcurrió casi paralelamente a la de Appling y como éste, era un shorstop ofensivo, de averages altos pero de defensa por debajo del promedio, cometiendo muchísimos errores en los primeros años de su carrera con los Piratas, defecto que fue corregido con la ayuda y entrenamiento de Honus Wagner, contratado por los Piratas especialmente para esa tarea.

Sus logros en su corta travesía fueron notables: en 1935 lideró la Nacional en bateo con .385 de promedio, su average vitalicio de .318 es segundo en la historia para un shorstop. En catorce años tomó 937 boletos y solo se ponchó en 327 veces para un ratio de 2,86 boletos por ponche y solo bateó para doble play en 70 ocasiones. Su OBP fue de .406 y su slugging fue de .453, alto para alguien que solo botó 96 jonrones. Fue al Juego de Estrellas en 9 años consecutivos, teniendo destacadas actuaciones en el mismo.

En adición a sus impresionantes números ofensivos (bateó .300 en sus primeros diez años, seguidos), Vaughan exhibía una relumbrante velocidad que le facilitaba convertir sencillos en dobles, triples en cuadrangulares y llegarle a roletazos a los que ningún otro shortstop llegaba y lideró la Nacional en estafadas en 1943, terminando en el top 10 en otras 4 oportunidades.

Su mejor año ofensivo fue en 1935 cuando lideró la liga en OBP, Slugging, boletos y bateo, con promedio de .385, el más alto para un shortstop en la historia.

Luego de los Piratas, Vaughan fue cambiado a los Dodgers donde jugó  desde 1942 hasta 1943 cuando renunció al equipo cuando el manager habló mal de uno de los jugadores en la prensa nacional. Vaughan se apareció en la oficina y le lanzó el uniforme, diciéndole: “Métetelo por el c***” e incitó a sus compañeros a una huelga que finalmente fue sofocada por el gerente general Branch Rickey.

Vaughan regresó en 1947 tras el despido de Leo Durocher como manager, pero no fue el mismo, siendo relegado principalmente a la banca hasta su retiro en 1948. Los números de Vaughan son bastante impresionantes para alguien que solo jugó once campañas a tiempo completo en las mayores.

Arky se retiró a los 36 años y murió a los cuarenta años ahogado en un lago luego de que su bote se hundiera. Vaughan pudo salvarse pero intentó salvar a su amigo, en el proceso ambos murieron. Injustamente Vaughan solo llegó al Salón de la Fama en 1985, vía comité de veteranos. 




3. Barry Larkin


El ganador de tres guantes de oro y de nueve bates de plata como shortstop, fue el sucesor de David Concepción en la paradas cortas de los Rojos de Cincinnati y líder de aquel equipo que ganó la Serie Mundial de 1990, estuvo siempre en primer plano entre los de su época, asistiendo al Juego de Estrellas en doce oportunidades en sus 19 años de carrera en la que además ganó un MVP. Larkin fue exaltado al Salón de la Fama en 2012.

Sin tener números impresionantes, Larkin fue un importantísimo jugador que lo hacía todo bien y siempre por el bien del equipo. Luego de su debut en 1986, se estableció como titular en 1987 y en 1988 lideró la Nacional en menos ponches con 500 turnos al bate, se ponchó solo en 24 de 588 oportunidades. En 1990 Larkin bateó .302, luego de una temporada de .342 y fue pieza fundamental de los Rojos campeones en la Serie Mundial, instancia en la que bateó .353.

En 1995 ganó el MVP, con números atípicos para tal galardón: promedio de .319, 15 jonrones y 66 remolcadas con .394 de .OBP. En 1996, logró topes personales en jonrones con 33 y en impulsadas con 89, robándose además 36 bases, siendo el primer shortstop 30-30, su average fue de .298, pero su OBP mejoró hasta .410 y el slugging fue el más alto de su carrera .567 y su EPH fue de .448, mucho mejor que el del año anterior: .316, también lideró a los Reds hasta la postemporada donde solo perdieron en la Serie de Campeonato; aun así fue décimo segundo en la votación al Más Valioso.

Luego de su mejor temporada en 1996, Larkin fue nombrado capitán de los Rojos. Pero desde 1997 Larkin comenzaría a ser víctima de las lesiones, perdiéndose ese año 55 juegos debido a lesiones en la pantorrilla y en el tendón de Aquiles. A principios de 1998 se sometió a una cirugía de cuello pero solo se perdió 17 juegos. Entre esa temporada y 2000 los números de Larkin bajaron al punto de rumorearse un posible cambio a Dodgers y Mets.

En  el año 2000 los Rojos añadieron a su roster a otro futuro Hall of Fame en Ken Griffey Jr. Con estas dos piezas en su engranaje, los Reds esperaban mejores resultados, pero las carreras de ambos comenzaron a declina, Griffey batalló con lesiones en los siguientes ocho años mientras Larkin entre 2001 y 2003 apareció en solo 260 juegos, con apenas 11 jonrones, 18 estafadas, 140 anotadas y su mas alto porcentaje de bateo fue de .282 en 2003. En 2004 bateó .289 con 44 remolcadas en 111 juegos y asistió a su doceavo Juego de Estrellas, al año siguiente se retiró.

En 2012, en su tercera oportunidad, fue exaltado al Salón de la Fama. Muchos piensan que de no haber sido por las lesiones, Larkin habría dejado mejores números y jugado por mayor espacio de tiempo. 




2. Cal Ripken



En 20 años de Carrera Ripken jugó short y tercera y en ambas bateó con consistencia, acumulando 3184 hits, 431 jonrones y 1695 impulsadas y se le otorgó dos guantes de oro por su defensiva. Asistió a 19 Juegos de Estrellas y dos veces fue nombrado MVP. Todos sus logros individuales son opacados por haber roto el récord de Lou Gehrig de más juegos consecutivos que se mantuvo  por 56 años y que se consideraba irrompible. En 2007 Ripken llegó al Salón de la Fama.

Con 1,93 de estatura y 120 kilos de peso Ripken fue pionero en el cambio de los shortstops defensivos y pequeños por el de los campocortos altos y ofensivos, los Alex Rodríguez, Miguel Tejada y Nomar Garciaparra se consideran parte del legado Ripken. Solo Derek Jeter y Honus Wagner lo superan en la lista de hits para un shortstop, posición donde transcurrió el 77% de su carrera.

Su defensiva también era valiosa, liderando la liga en asistencias varias veces, obteniendo dos Guantes de Oro y estableciendo en 1990 el mejor promedio de fildeo para un campocorto. Sin ser espectacular a lo Smith o Vizquel, Rikpen mostró una perfecta ejecución de los fundamentos y sabía posicionarse de acuerdo a los bateadores, compensando con inteligencia el limitado alcance de su contextura física, llegando a alcanzar un factor de alcance de 4.73, una marca que poco shortstops han logrado.

Su marca personal fue sin duda la ofensiva ganando 8 bates de plata, todos como shortstop. En 1983 fue el más valioso de la Americana y ese año lideró la liga en hits con 211 y en dobles con 47 tras haber jugado todos los juegos de su equipo, su promedio ese año fue de .318 y su slugging fue de .517 y ganó anillo de Serie Mundial, el último hasta ahora en la historia de los Orioles.

En 1991 tuvo su mejor año: al momento del juego de las Estrellas su promedio era de .348 y terminó bateando .323, quedando sexto y sumado a sus 34 jonrones (tope personal) y 114 remolcadas, también bateó 46 dobles, con 5 triples dejando un impresionante EBH de .404, además se ponchó solo en 46 ocasiones, siendo la cantidad más baja en la historia de las mayores en una campaña con al menos 600 apariciones al plato. Ripken fue el primer shortstop en la historia que en una campaña bateó 200 hits, 30 jonrones y 40 dobles.  Comparado con Barry Larkin y Derek Jeter, shortstops casi contemporáneos, de cualidades ofensivas y cuyas carreras se tienen como limpias, Ripken dejó mejor .ISO, mejor porcentaje de impulsadas por juego y mejor EBH.

Cal Ripken Jr posee el récord de más encuentros jugados de forma consecutiva con 2632, una marca que posiblemente nunca se rompa. Y aunque es una marca impresionante se cree que la misma le causó fatiga que le impidió dejar mejores números. Sin embargo, Ripken no pudo superar al número uno: 




1. Honus Wagner


Imaginen por un momento que puedan tener en su equipo de fantasía un jugador que pueda correr con
la velocidad e inteligencia de un Luis Aparicio, que defienda las praderas cortas con la eficiencia de un Cal Ripken y la espectacularidad de Omar Vizquel, que pueda conectar hacia todas las bandas como Tony Gwynn, que pueda batear con el poder de un Miguel Cabrera, que pueda embasarse con un batazo atravesado como un Ichiro Suzuki, que pueda ganarte un juego con un toque o con un jonrón, que puedas usar como tercero, cuarto, quinto, primero, etc, que pueda robarse segunda, tercera y home en sucesión, que tenga la versatilidad defensiva de un Ben Zobrist y que en momentos de emergencia pueda lanzarte un inning y no solo eso, que además sea un ejemplo de persona preocupándose por el camino que por su influencia toman los niños…. Lo tomarían ¿verdad? Tal es el caso de Honus Wagner, el shortstop número uno en nuestra lista… su escogencia no fue ni siquiera difícil, entre los shortstops, Wagner pertenece simplemente a otra galaxia.

Cuando Honus Wagner se retiró en 1917 era en ese momento el mejor jugador de todos los tiempos en  el béisbol, era Babe Ruth antes de Babe Ruth. Durante años se mantuvo el debate de quien era mejor, Wagner o Cobb y mientras el último terminaba venciendo por su bateo, Wagner prevalecía como el mejor, el más completo, el más amado entre los fans. Como bien apunta Bill James, historiador del béisbol y uno de los hombres más influyentes de los últimos años en el estudio de este deporte:


“Era un hombre gentil, amable, conversador, apoyaba mucho a los novatos, era paciente con los fanáticos, alegre durante los tiempos difíciles, cuidadoso del ejemplo que le daba a la juventud, trabajador, un hombre que no tenía enemigos y nunca olvidó a sus amigos. Era el hombre más querido en el béisbol antes de Babe Ruth”.

En lo físico, Wagner estaba lejos de parecerse a un shortstop, si acaso a un jugador de béisbol, de hecho antes de ser firmado habían dudas sobre su futuro y sus capacidades dada su apariencia física. Su cuerpo era extraño, medía casi 2 metros, pesaba 100 kilos, tenía el torso amplio, hombros gruesos, brazos musculosos moldeados por haber trabajado en las minas de carbón desde los doce años, manos grandes pero piernas arqueadas y eso lo privó de gracia a la defensa y en el corring, además de unos cuantos centímetros de altura. Aun así Wagner podía hacer espectaculares jugadas si así lo requerían las circunstancias y corría como el viento a pesar que la descripción de su forma de correr se parezca a la de Hanamichi Sakuragi.

Ty Cobb lo consideraba la estrella más grande que había pisado un diamante de béisbol. Christy Mathewson, el mejor pitcher de la Nacional en tiempos del auge de Wagner dijo de él, que era el único bateador que había enfrentado y que no tenía debilidades, que la única forma de vencerlo era no pitcharle. Pero de todos sus contemporáneos, el que más lleno de elogios a Wagner fue John McGraw, uno de los mejores managers de la historia, de él dijo:


“Era la cosa más cercana al pelotero perfecto, no importaba donde su manager lo ponía a jugar. Lo nombro primero en mi lista no  solo porque era un gran campeón de bateo y corredor de bases y primero entre los shortstops, sino porque el pudo haber sido el mejor en cualquier posición, con la posible excepción del lanzador. En toda mi carrera nunca vi un pelotero tan versátil (…) quédense con sus Cobbs, sus Lajoies, sus Chases, sus Bakers, yo me quedo con Wagner como el  más grande, no solo por ser una maravilla de pelotero en lo técnico sino porque también tiene el cerebro beisbolístico más rápido que he observado”.

La defensa de Wagner es difícil de medir solamente por las estadísticas. Y en realidad, aunque existan y se usen y sean fácil de calcular, las estadísticas defensivas son menos acertadas y realistas que las del pitcheo o el bateo, por lo que el promedio defensivo de .940 de Wagner es engañoso. Tenemos para ello los testimonios de quienes lo vieron jugar, y tanto periodistas, managers, aficionados, compañeros y rivales están de acuerdo en que Wagner era el mejor fildeador de su era, en cualquier posición. Jugaba shorstop, pero comenzó en el outfield, las tres esquinas, llegando a tener un brazo prodigioso, tanto que una vez lanzó la pelota desde lo profundo del jardín central y llegó de aire a home. En el short, en cierta ocasión sacó out a alguien lanzando la bola desde el suelo, en otra oportunidad lo hizo con una mano atrapada en el bolsillo trasero y debido a la potencia de su brazo relevó en dos ocasiones en las mayores. Wagner es además el pelotero que ha jugado más tiempo en el shortstop pasado los cuarenta, jugando más de cien encuentros en 1914, 1915 y 1916, entre los 40 y 43 años, acumulando un total de 356 encuentros que solo son superados por los 362 de Luke Appling y muy por encima de los 282 de Omar Vizquel. 


Wagner junto a McGraw

En el tema de la velocidad, Wagner era tan rápido que lo llamaban “El Holándes Volador” a pesar de que era de ascendencia alemana. Lideró la Nacional en bases robadas en cinco ocasiones y estuvo en el top 10 en diez años consecutivos, desde 1900 hasta 1909, acumulando un total de 723 bases robadas, décima marca de todos los tiempos, aunque al momento de su retiro era la tercera. Su velocidad también le permitió alargar sencillos a dobles, dobles a triples y estos en cuadrangulares. A diferencia de otros shortstops rápidos, la velocidad no lo abandonó y a los 40 años se convirtió en el pelotero de mayor edad en conectar un jonrón dentro del campo.

Durante su carrera fue una amenaza con el bate


En el bateo, Honus Wagner ganó ocho títulos de bateo, igualado con Tony Gwynn y solo superado por los doce de Ty Cobb. En 16 campañas bateó .300, quince de ellas seguidas. Entre 1903 y 1911 ganó siete títulos de bateo y cuando perdió quedó segundo y quinto. En seis ocasiones superó los .350 de promedio, ganando dos dobles coronas, quedando en 1908 a solo dos jonrones de ganar la Triple Corona. Su mejor año ofensivo fue el de 1908 cuando ganó su sexto campeonato de bateo con .354 y fue líder en prácticamente todas las estadísticas ofensivas menos jonrones, fue primero en hits (201), dobles (39), triples (19), fue segundo en jonrones (10) en anotadas (100, a uno del líder), primero en impulsadas (109), bases robadas (53), OBP (.415), slugging (.542), OPS (.909) y en bases totales (308), veces embasado (260) y carreras creadas (126), todo ello en una temporada donde la efectividad global de la liga fue de 2.35, la más baja de todos los tiempos, convirtiendo la temporada de 1908 de Wagner en una de las más dominantes por bateador alguno. Además Wagner terminó con 3420 hits, siendo el primero, según varias fuentes, en conseguir los 3000 hits retirándose como líder de todos los tiempos (hoy es séptimo). Al momento de su retiro era segundo en dobles con 643 (actualmente es noveno).

Ocho títulos de bateo avalan su calidad ofensiva


En cuanto al bateo para poder, la quinta herramienta que nos falta por evaluar, tomar en consideración solo su número de jonrones sería injusto debido a la era en que jugó, una de pocos cuadrangulares. Honus Wagner se retiró en 1917 con 101 cuadrangulares, en una época donde los 100 jonrones equivalían a los 650 jonrones de la era moderna. Su tope de cuadrangulares fue de 10 en 1898 y 1908, pero quedó en el top 5 de esa categoría en 5 ocasiones y en el top 10 en 11, al momento de su retiro, sus 101 jonrones igualaban a Ed Delahanty en el puesto cinco de todos los tiempos. Los triples, que eran los jonrones de la era muerta, fueron una especialidad para Wagner liderando el departamento en dos ocasiones, conectando más de 20 tribeyes en dos oportunidades, en nueve ocasiones estuvo en el top 3 de triples y once en el top 10 y sus 252 triples totales eran la segunda marca de todos los tiempos, hoy es la tercera. En porcentaje de slugging, el cual es en realidad el verdadero determinante de la condición de slugger, Wagner fue líder en seis oportunidades, superando los .500 en 8 ocasiones, número exagerado para una época donde los jonrones no pasaban los 20 para el líder. En 21 años de carrera, estuvo en el top 10 de slugging en quince oportunidades, además de sus ocho campeonatos fue segundo en otras 3 ocasiones y tercero en otras dos, retirándose con slugging de .467, sexto en su momento. El valor además total de Wagner es avalado por la sabermetría (expertos en desmeritar jugadores), ya que su WAR según FanGraphs es de 138.1, el más alto al momento de su retiro y actualmente sexto, según baseball reference su WAR es de 131.0, décimo de todos los tiempos, primero entre shorstops superando a Cal Ripken con 95.5.

Wagner llegó al Salón de la Fama en 1936, el primer año de Cooperstown, recibió la misma cantidad de votos que Babe Ruth y solo Ty Cobb tuvo más que él.

Honus Wagner, sin duda, número 1 entre los shortstops.






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